“Yo no escribo para mi”
Por costumbre, se intenta sacar conclusiones acerca de lo que se escribe. Algunos opinan de una forma más pesimistas que otros. Justificadas, obviamente, a criterio del que las hace. Pero no deja de ser una visión personal de la obra de un poeta. Y no por eso se deba desechar la critica o el escrito. Todo vale. Disentir es también constructivo, porque aporta ideas. El tiempo se encargará de “Separar la paja del trigo”
El que no entienda eso, esta perdiendo la oportunidad de observar un análisis de algunas realidades, que pasan por debajo de nuestras narices. Cuando se trata de opinar, en general, la subjetividad, tiene un papel preponderante.
Porque no pensar que el escritor estará afectado por el mismo mal. Pero ese no es punto a tener en cuenta. Sino que hable con libertad, no pensando en su propia redención, ya qué eso sería lisa y llanamente una acción netamente egoísta. Intentar buscar el consenso en el pensamiento, sería utópico. Hoy día, la sociedad tiene tintes de autoritarismo. Donde el uso adecuado y continuo de la palabra es escaso. La hipocresía es un mal que afecta a todos y “Tarde o temprano se le ve el orejón al tarro”
Y el agravante lo tienen todos aquellos que se jactan de ser, cuando solo aparentan.
La escritura bien realizada puede convertirse en un aliado sin ecua non. Cumple objetivos, y la idea es transmitir, educar y por que no abrir las mentes de los oprimidos, sin ideas o de los que necesitan ese empujoncito para arrancar. Tal vez verlo desde allí resulte toda una ilusión, pero en mi caso particular no pierdo las esperanzas de ayudar a alguien. Con que a uno le sirva, la misión esta cumplida.
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