Alma lluviosa y tostada
inundan al campesino
vaga triste en los caminos
de esperar siempre miradas.
Fue en una tarde rosada
cuando unos ojos profundos
se lo llevaron del fundo
¡bella frutilla morena
todas de miel son tus venas!
era su grito rotundo.
Sobre la tierra abortada
yace un arado frustrado
busca el sudor extasiado;
morada de insecto hallada.
Bajo un cerezo su amada
lo alimenta con placeres
tiempo crispado en los seres.
Ojos abiertos de noche
día que entero es derroche,
en una hay varias mujeres.
Pasa el otoño en misterio
saben sus labios tormento
ella cantó un juramento:
“no llegaré al monasterio,
lo mandaré al cementerio”.
El buen muchacho ignoraba
por todo el mal que pasaba,
esa mujer no es cristiana
quema la siembra con ganas
hasta de cuando volaba.
Texto agregado el 24-10-2008, y leído por 237
visitantes. (6 votos)
Lectores Opinan
02-12-2008
Realmente, es para ponerse a cantar... Muy bueno!***** MujerDiosa
19-11-2008
Es una tonada que necesita la música, preciosas imágenes, mis margaritas silvestres para este hombre y la tierra, Traye. rayen-tru
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