Madera dura
fatiga del fierro corcomido
por olas de sal,
del camino húmedo
cielo invertido
teñido de esmeralda.
El peso de la carga
de oro blando
trajo ruina.
En cada ir y venir,
de curvas suaves,
lloran y gimen el fierro y la madera.
Jamás el campesino,
imaginó que lejos
fuera aquello,
que aquel viejo barco
en cada ola fuera sembrando
en su vaivén eterno
por doquiera el trigo.
Texto agregado el 24-10-2008, y leído por 100
visitantes. (0 votos)
Lectores Opinan
06-11-2009
hermoso tu poema
demuestra tu ternura infinita, lamento no tener todos tus escritos disponibles te quiera te quiero te quiero maeddy
24-10-2008
Muy hermosos como escribes ...y ese viejo barco destuido, desparramando el trigo sobre el agua...=DD cariños dulcequimera
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