Es una niña muy pequeña, todavía está aprendiendo a hablar, es dulce e inocente, no tiene la culpa de lo que ocurra en su medio, ella no lo entiende, intenta darle cabida a su vida, pero no puede sacar mayores deducciones, su temprana edad la inhibe de poder hacerlo.
A medida que pasa el tiempo ella crece, está más linda y hermosa, pero sus horrendas marcas que le han dejado en su piel, no la dejan aflorar, con el paso del tiempo, se pregunta constantemente que es lo que ocurre con su vida, porque le tocó vivir, lo que vive, pero aun no llegan tales respondientes, junto con su madre debe ir a pedir el pan de cada día, no porque ellas quieran, sino porque está esa figura que las obliga a hacerlo, de desobedecer, sera agregar más cicatrices y amargura a aquella pequeña e inocente ángel. Todas las noches antes de ir acostarse reza el padre nuestro, pidiendo que por favor la libere tanto a ella, como a su madre, de las garras del infierno, ella como es inocente y pequeña desea estar con su madre, no le gusta ya estar sola, por lo que cada noche se acuesta por unos minutos en su cama y cuando esa figura macabra se duerme, ella con un tremendo sigilo camina hacia a su madre para poder dormir con ella, pero al menor ruido posible debe estirarse en el suelo, para no provocar una paliza a ambas, y al amanecer su madre calladamente la recoge del suelo, con una pena en demasía, pero sin poder hacer nada, la toma en brazos y la lleva a su cuarto, para que crean que ha pasado allí toda la noche.
Su madre trabaja todo el día, para poder siquiera comprarle unos zapatos a su bebé, para que esta pueda caminar, ya que sus débiles pies no le permiten caminar descalzos, pero es inútil, debe compartir en contra de su voluntad los pocos pesos que ha podido ganar durante el día, pero aquella madre no se ha dado cuenta aun, del daño que le provoca a su pequeña, está ciegamente enamorada de su esposo, a estas altura ya no se sabe si es amor o miedo lo que la retiene a estar junto a él.
Un día aquella figura malévola, pero no menos querida por ambas mujeres-madre e hija- da término a su agobiante vida, pero lo hizo en el lugar menos correcto, en su hogar, a vista de cualquiera que entrase en esa morada, y justamente la más pequeña lo vio y lleva ese recuerdo hasta el día de hoy, lo que provocó en ella severos trastornos nerviosos en su ser, pero ahora su carita de ángel, no ve a su madre cada día llorando a escondida los serios maltratos que fue victima, sino que ahora espera junto a ella el próspero futuro que las ampara.
Aquella inocente y hermosa criatura ha crecido, ahora es madre de una hermosa bebé de un año y algo más, está feliz, tanto ella como su madre, que ahora están disfrutando de lo que antes no pudieron disfrutar, la felicidad.

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Este texto refleja una verdad que es a menudo vivida por muchas personas, en distintos lugares del mundo, algunos tenemos la dicha de no vivir aquellos malos ratos, pero aquello solo es parte de un pasado que es difcil de solucionar, pero que quizá el tiempo logre solucionar, solo te digo que Tu amor mío, eres lo mejor que tengo en el mundo, ahora que eres madre no dejes, que nadie te haga pasar lo mismo que tu pasaste, siempre estaré ahí para amarte y respetarte por el resto de mi vida

Para ti amor.......................