Mi casa es una noche boquiabierta
que mira con cierta estupidez la redondez de la Luna
mis pies son como clavos de Maestranza en desuso
mis manos son dos herramientas dadas de baja
mis ojos son dos bolas de un billar malholiente.
Mi casa es un Mundo lleno de cadáveres
escondidos en ataúdes de cuatro ruedas.
Mi vida es el chiste de un ebrio de cantina.
Después de todo vivo en una casa muerta
me arropo de los despojos que dejaron las polillas del otoño
escribo versos en papeles desechables
hablan por mí las bocas llenas de caries
besan por mí los labios endulzados de una prostituta.
Soy el galán perfecto de una noche demente.
Cuelga mi última fotografía sobre las grietas del adobe
adornando una pieza cárcel
donde está mi cama embruajada por pájaros de frac.
Soy el ciudadano perfecto de un país imperfecto
término medio entre la fama y el precipicio.
Mi casa es un nido salvado de sus naturales depredadores.