Se abre la siniestra perpendicular,
se yergue la muerte,
bosteza la tumba que espera
y en un instante impreciso
siento el vacío.

Río de nada que me construye,
sueño sin imagen,
me voy muriendo, muriendo.

Busco en mis ojos
tu sonrisa de enero,
tu recuerdo.

Solo me llega tu silencio,
veo mi vida en segundos,
recalo en cuanto te amé.

Recuerdo tu partida
y me apuro a morir.

¡Me despierto!

Te encuentro a mi lado
aún con el cuello sangrando,
me das asco
e intento
volverme a dormir.