Soy el desterrado que regresa
con la piel marchita
y la lengua embelesada.
Vivo en el abismo oscuro
de mis oquedades
Habitando la Luna cruel
de Tu insípido deseo.
Tu fuiste la larva en mi sombrero
Un extraño anatocismo y hasta un juego
de sombras en mis zapatos.
Tal vez el Tótem en mis plegarias
la raja húmeda de una vírgen.
Sucumbimos a tristes melodías
en viejos cafés del Puerto
del Viejo Puerto que nos hizo
convencernos que eramos meros
fantasmas
en un mundo sin palabras.
Texto agregado el 22-10-2008, y leído por 192
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
22-10-2008
Lindo poema. De todas maneras nadie es desterrado en su lugar. Saludos adriana73
22-10-2008
las primeras tres estrofas me gustaron luego decaí(ste/mos) econtumente
22-10-2008
Bello, realmente unos versos magnificos... Mis 5 estrellas y mas..
¡La imaginacion nos hará libres! mauro22
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