Siempre he necesitado sentirme mi propio orgullo para salir un poco de la contradicción que me gobierna .Para sobrevivir me invente la historia de que solo somos los elegidos a los que nos toca vivir la brutalidad del hombre, tan solo nosotros somos capaces de perdonar y de seguir adelante sin la necesidad de arrastrar a otros como nosotros en muertos sin vida. Yo me decide por la opción B simplemente busque al criminal en cualquiera que lo pareciera y lo hice pagar por los pecados a mi cometidos, no negare la inclinación hacia lo horizontal intentando mi propio suicidio con armas blancas utilizando como único instrumento letal la torpeza de mis lagrimas que ni siquiera a la tercera tocaron la inquietante anatomía roja. Siempre me he solventado creyendo ser una de las elegidas para no darme ya por muerta, la crueldad misma me azoto derrepente ,yo niña y sin puntería directa con la cual responder me arrancaron mi olor de chiquitita a punta de puñales carnales sacándome los juguetes que llevaba adentro arrastrándome a empujones a la mujer que hoy ni siquiera puedo comprender .A veces simplemente siento que tengo que ser la elegida para no tener que correr fuera de la frontera y encontrarme con el mismo hombre al que temo y en oposición a lo visceral quisiera amar. Todo el dolor que siento podría caer desde este balcón en el que estoy para poner el tiempo de revés tan solo para ver si esta vez tengo mejor suerte, o en el peor de los casos correr hacia al primer piso y preguntarles a los pequeños que corren detrás del viento que se siente ser un niño ,robándoles a cada respuesta tan solo un poquito de su aroma para impregnarlo en la esquina de mi cuarto rejuveneciendo mi piel; quizás tan solo así logre sanarme entendiendo lo que me perdí, ya que nunca quise ni pedí ser yo uno de los elegidos.