Esteban ojeaba una revista literaria en ese rincón perdido de la biblioteca, ese santuario del sueño ínter horario, que Esteban buscaba con desgana.
-Que pedazo de mierda, estos literatos son más fomes que Olafo... tanto tecnicismo y pedantería, pss ni un brillo esta wea.
Se levanto violentamente, dejo el libro en la estantería que en confabulación con la ocasión, zumbo con un ruido metálico que amplifico el momento dramático del momento en que desaparecía la figura del joven tras un paso velos que dejaba la biblioteca atrás. Es curioso, reflexionaba mientras avanzaba a trancos, ese rincón normalmente sirve para fomentar el letargo y se vuelve un cómodo reposadero chupa día, vah supongo que hoy estaba aburrido y en vez de robar energías las dio, jaja suerte la mía.
En efecto dicho sofá reunía las características místicas de un ,lugar fantástico en el cual debido a la alineación de los astros, la disposición de los elementos y la voluntad del éter, la energía era liberada de sus prisiones dejando los cuerpos en un estado de paz similar al reposo del sueño, para la mayoría de los desdichados universitarios que desconocían su naturaleza y que sólo podían intuir que el sueño les provocaba ese placer, que concurrían diariamente como las moscas a la miel o los junkies a la coca, pero Esteban era distinto quien más que él podría aprovechar dicha vacuidad y mezclarla con el pesimismo depresivo que manaba de su mente, para encontrar una empresa que restituyera sus ánimos de vivir; para este raro espécimen del nihilismo, solo era necesaria una pésima revista olvidada en una esquina del estante, para maquinar los más terribles y despectivos pensamientos e idear una critica lo suficientemente sucia para destruir a las pobres e ignorantes victimas.
Mientras cruzaba el vacío anfiteatro de filosofía, donde los más ilustres griegos habían sido prostituidos en la boca de neófitos estudiantes de la rama, pensaba airadamente en que incluso él, el más desgraciados de los mortales podría crear un texto más ágil, vivido y efectivo que las mediocres musas de su crítica. Su escamosa piel se tornaba más roja de lo habitual, quizás por el torrente de sangre ávida de letras que bombeaba su sobre excitado corazón o por ese astro tan detestable que había aumentado el porcentaje de cáncer a la piel en los últimos años y que por supuesto tenia tan deteriorada su pálido caracho, bueno es más probable que el bermejo rostro fuera producto del bronceado de cantina que se daba todos los viernes para olvidar la perra vida, mejor, para recordarla y ser más miserable, que es lo que se le da bien a este sujeto.
Altanero cruzo la sala sin mirar a los colegas prosimios que encorvaban la espina frene a esa pantallita titilante, que más pronto que tarde los hará usar lentes, se sentó estruendosamente afiló los dedos, digito la clave de acceso y en ese preciso momento recordó que no había visto su facebook en un par de días, ni su mail, ni su blog, ni su otro mail.
-Bue, puedo hacer dos cosas a la vez, que más da
Dos mails, 13 spams, 14 notificaciones y 4 peticiones de amigo después, había escrito algo tan mediocre como lo de los literatos y rezongaba por no haber recibido posteos en su blog:
-Insulsos, no saben apreciar el renacimiento de la tragedia griega, pss ya es hora de clases esos cretinos tenían más tiempo cuando escribieron sus pusilánimes cuentos, que injusto, bue al menos eso hay que reconocerle tuvieron los cojones para estudiar algo que no les daría ni para el pan pero que les gustaba, se salvaron por hoy...
Recogió sus cosas cerro la sesión y se fue a clases.
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