Caminaba por un largo pasillo oscuro. No tenia idea de cómo llego hasta allí, pero el lugar era fascinante. Cientos de cuadros estaban en sus paredes, cuadros increíbles que nunca antes había visto, debía hacer una hora que caminaba por ese largo corredor y los cuadros nunca se terminaban. Mientras miraba maravillado una de estas obras, sintió un extraño escalofrió. Se dio vuelta y vio algo que nunca pensó volver a ver... luego de observarlo por varios minutos rompió en un llanto desesperado. Y es que esa imagen era la de su antiguo amor, realmente en aquel lugar había un retrato de la mujer que mas amo en su vida. Pero no era solo su imagen, sintió también su presencia y el miedo se apodero de el. Advirtió varios sonidos que provenían del final del pasillo y sin darse cuenta comenzó a correr hacia una tenue luz que se veía al final. Durante el largo recorrido ya no había más cuadros, solo oscuridad.
Los ruidos se intensificaron y comprendió que alguien estaba esperándolo al final de todo esto, que alguien lo llamaba y podía soñar con volver a verla después de tantos años. Al llegar encontró una puerta, la puerta de su propia casa. Estaba cerrada y no tenía la llave. Golpeo y escucho pasos que se acercaban. La puerta se abrió. Y tras ella no había nadie. Absolutamente nadie. Solo su casa solitaria, como todos los días. Al mirar atrás no encontró nada más que la conocida entrada a su casa. Entro es su casa pensando que todo había sido un sueño o una extraña alucinación pero en seguida se dio cuenta de que algo estaba mal. No podía dejar de sentir su presencia en algún lugar, no podía sacar esa angustia de su pecho. Recorrió la casa en vano, sin encontrar nada fuera de lugar. Tras varios minutos de incertidumbre y sufrimiento decidió que tenía que hacer algo. Así que llamo a la casa de su antiguo amor. Atendió su madre. Comento que ella había salido el día anterior y no tenia idea de donde se encontraba. Colgó el teléfono. Abrió la puerta de su casa y encontró nuevamente el oscuro pasillo con los cuadros. Y al final del pasillo había una luz. Corrió hacia ella. Y solo volvió a encontrar la puerta de su casa. Volvió a golpear y la casa estaba solitaria tal como lo esperaba. Esta vez no aguanto la desesperación y lloro durante horas sin comprender que le estaba sucediendo. Hasta que escucho que alguien llamaba a su puerta. Abrió, y se encontró consigo mismo. Entraron y se miraron sin comprender, ambos llorando.
Sin palabras de por medio fueron hacia la puerta y al abrirla descubrieron el mismo pasillo y una luz al final. Y corrieron hacia ella.