Miro al vacío en un intento de vaciarme yo por dentro, de tirar todos mis pensamientos a algún lugar de dónde no los pueda recuperar. Mis monstruos me persiguen, me encuentran… no me dejan dormir…. Y así, mirando al techo de mi habitación, dejo que corran las horas alrededor, mientras llueve en mis ojos débilmente esperando que el frío los cierre.
Qué dulce… te miro fijamente mientras te haces la dormida. ¿Crees que no me doy cuenta? Tumbado a tu lado esperando una mirada, un abrazo, un gesto de buenas noches… nada, te haces la dormida. Mi mano vaga bajo las sabanas en busca de tu cuerpo, tan caliente. Intento recordar en que momento se enfrió tu corazón, en que momento tus labios olvidaron mi sabor. ¿Por qué sigo a tu lado? Ya he llorado suficiente, no tengo porqué seguir. Aún así, te deseo. Quizás prefiera vivir esta farsa que has creado en vez de una realidad en la que solo eres un mueble en mi corazón. Sin ninguna función, sin alma ni opinión… fría.