Y desde dónde saldrán
todas esas cintas invisibles que recubren
el olvido de ya no tener un lugar
desde el cual arrojar los ojos
en sentido oblicuo
viendo a los pájaros caer
como lluvias de nada
sin otra cosa que la carne afiebrada
y el estomago cansado de cargar conmigo
Antaño
Ya no escribo por cansancio
por el mundo despedazado
por el dolor de la gente que
va muriendo soleada
ya solo escribo
por un tinto que ante cada copa
me hace oír el rumor del olvido
La mirada nuestra
Cuando nos evita el polvo
porque la muerte
no nos quiere ver ni en retratos
sacamos una cabeza por la ventana
y todo está ahí
el mundo por fin es esto:
la mirada del miope que indiferencia los objetos
Sonríe
la contraseña
fallida
el tenedor
sin diente
la desmemoria
de un preso
la lupa
que finge sospechas
(las hienas diciendo güisqui para la foto)
Vacío/1
Saturemos la poesía
de objetos indeseables
hagamos de ella
un placard de escasos compartimentos
llenemos sus cajones
de píldoras abortivas ceniceros
dentaduras bastones pañuelos
cenizas de seres queridos
que se desborde la poesía
de cosas que no le pertenecen
y cuando nos cansemos
de jeringas usadas cucharas
medias sucias balas perdidas
tapas de revisitas efemérides
empecemos por cada poeta
agarrándolo del cuello
bajo engaño persuadiéndolo
al interior de esas cosas
hasta que la implosión final
nos conduzca a una larga carcajada
Exabrupto
El dibujo no ha salido
era un ángel asexuado
metiéndose un falo de burro
en el ombligo
El poema se analiza
en primera fila
de un ópera house
se psicoanaliza el poema
su infancia dilatada
su clítoris sin ablación
con voz de murmullo
en primera fila
sin público en derredor
se autocensura con liquid paper
fantaseando
con el fantasma impotente
de la sombra escondida
de pronto
estalla el poema en mil pedazos
de pronto
el poeta se recompone en el aire
y la ópera comienza a callar
su inconfundible madame butterfly
La burbuja absuelta
perpetramos todos
la ilusión de una burbuja expansiva
cargamos sus resquicios
con sillas sin barniz
con retratos cortados por la mitad
(para esconder la vergüenza)
todos fuimos asesinos de nosotros
todos nos dimos la absolución
Lectura / 1
un poeta lee en el baño, cerrando los ojos:
La vida fue una cáscara
nosotros desdentadas criaturas
gordos y con bocas incompletas
engullendo el frío mármol
digiriendo las espinas agudas
igual sonreíamos ante el abono
en el columpio herrumbrado
nuestros huesos se mecían
como ahorcados satisfechos
el tiempo era una soga asesina
nosotros suicidas sobrevivientes
sin cartas de despedidas
sin más rostros que la niebla
sin más corazones que el silencio
y que más pedir
bebimos en todas las cloacas
el elixir de los duendes viejos
del mago asesinado por su galera
desayunado por sus conejos hambrientos
una siesta sin la fresca piel
sin las peligrosas curvas
donde valdría la pena morir
sin el aliento a mujer enloquecida
expulsada de los mundos grises
el tiempo fue una cáscara
nosotros ávidos del fruto ácido
de respirar profundamente
sobre el pulmón de las flores muertas
Agujeros blancos
a estas horas
provisto de camellos
sin árboles genealógicos
sin el grifo imaginario
la mineralización del oasis
seres segregados de colores
partes de un fragmento de la nada
con remedios para ninguna enfermedad
con papeles para ninguna idea
con vacas que dejaron de ser sagradas
peces chicos comiendo con gula insensata
a los peces gordos
remodelando laberintos
vendiendo espejitos a unos ángeles
a cambio de nada
(me ofrecieron sus alas)
a estas horas provisto
de una naturaleza hecha cenizas
muerta en la boca de un fumador empedernido
con títeres irritables que atan con sus hilos
al HOMBRE
saliendo o volviendo al infierno
a estas horas, regresando a mí.
Lectura / 2
El poeta lee luego de tomarse una pastilla:
Yo conozco un desierto exiguo
teñido de lágrimas turbias
ahí conviven la soledad y su sombra
y los hombres somos la escasez de un sueño.
En ocasiones habito este espacio
me sumerjo en su arenal de angustias
duermo horas junto a un horizonte estrecho
y sueño con burbujas oxidadas.
En otras ocasiones lo observo absorto
desde mi ventana de vidrios molidos
y no hay una ráfaga que mate al silencio
ni una voz que irrumpa y provoque el llanto.
Yo conozco un desierto exiguo
sin oasis tiendas ni camellos
un lugar donde muere la soledad / un pueblo de gente desnuda.
Vacío / 2
tantas sillas
en ese lugar perdido
un hombre hablando al vacío
que se aplaude
se mira a los ojos
y desconecta la mirada
evitemos antropomorfismos
tantas sillas que se quedan
solas y quietas
Patologías
t enemos ictericia
y daltonismo
y platonismo
y vamos a morir
de todo eso
y vamos a morir
una mañana de invierno
mirando mirando mirando
Texto agregado el 19-10-2008, y leído por 150
visitantes. (0 votos)
Lectores Opinan
20-10-2008
agujeros blancos, lectura dos y el final. A lo largo de estos años fui leyendo a un mitaï en todos los estados... y siempre, en cada estilo, me envolvió en sus letras. La sensación es muy placentera. lluviadeabril
19-10-2008
este sí es más rejunte, como unidad me fascina mancos: pero exabrupto: jajajajajajaja! ysillueventoncesi
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login