Una noche verdaderamente nos conocimos,
una noche hablamos como nunca antes lo habiamos echo.
Una canción, música reinante en el ambiente,
nos detuvimos frente a frente y decidimos ir a bailar.
un descanso, un momento de relajación
para el cuerpo, para la mente.
Luego una palabra tras otra.
cuatro desconocidos intercambiando palabras.
la noche acabó y los anfitriones retiraban todo a su paso.
Hora de retirarse, pero no se podía, no se quería.
Una botella, un vino oscuro fue la excusa perfecta,
y seguimos nuestra rumba paralela.
Llegamos al fin a destino,
extrañados por la prematura cercanía.
Un vino, una mirada, un cigarro, música, un baile,
la mente relajada fue seducida por sonrisas,
por miradas, por caricias, por besos llenos de todo
carentes de nada, quizás si... carentes de lejanía.
Un sillón. una cama, otra caricia y otra mirada
dos cuerpos ajenos, distanciados de la realidad,
compenetrados de manera perfecta
formando una conexión total.
Una mañana yotra mirada, despertamos juntos
y nos volvemos a encontrar.
Ha pasado una noche y hay que retornar,
a la realidad, a la vida, a la normalidad.
Las miradas fluyen, realmente no paran,
el deseo nos vuelve a llamar,
y sin pensarlo nos dejamos llevar
por esa pasión que se volvió a despertar en nosotros...
Una puerta de separación con el mundo real
puerta que al fin pude cruzar.
Cruzar junto a tí, con tu mano junto a la mía
con tus besos en mi cuerpo,
y tus miradas profundas, estáticas, penetrantes.
Te veo mientras me alejo,
Te veo al fin distante
pero las miradas no se quieren terminar...
... Continúa |