En silencio trato recordarte
pero lo único que consigo es profundizar
la tortura que me ha causado
ese último adiós.
La frescura con la que mirabas
y esa sonrisa que mostrabas
se convirtieron en huellas
de las disímiles heridas
que mi cobardía provoco.

Y si quizás hubiera abierto
más lo que era mi corazón,
hoy estarías aquí conmigo.
Y si quizás me hubiera arriesgado hablar
estas dudas no se clavarían
en cada resquicio de mi ser.
-O quizás logré desecharte de mi mente
y no sienta la necesidad
de volver a verte.

El destino se vuelve a reír de mí,
y este cuerpo no responde
porque ese amor que nunca exprese,
se arraiga cada vez más.
Pesa en mi pecho cada letra
de tu nombre,
Como una dulce agonía
que te lleva poco a poco
a perder la vida.

Y si quizás hubiera abierto
más lo que era mi corazón,
…


El miedo nunca me ha dejado actuar
cuando de vos se trataba
y era una carga pesada
lo que este cuerpo toleraba.
El te amo que nunca te dije
echo raíces en mi corazón.
Siento que jamás podré
olvidarte,
o no tendré el valor suficiente…