Penurias de Cabaret

En un soleado, despejado y alegre amanecer del mes de Diciembre de cierto año, en un inusitado hospital de la pequeña ciudad de Videk, una mujer llamada Lena dio a luz a una niña hermosa a la cual puso por nombre Francesca…
Lena era una de las más solicitadas meretrices del “Cabaret de las delicias” y había cometido el grave error de embarazarse de uno de los hombres más adinerados de la ciudad. Lena siempre estaba bajo la protección de doña Antonella, la propietaria de su centro de trabajo, la cual a pesar de sus 52 años de edad, era una señora esbelta, alta, blanca, siempre con una enorme sonrisa y un hermoso lunar en la barbilla, a la vez la persona más alegre por la idea de tener una nueva mujercita en su hogar a la cual ver como su nieta, pues ella nunca tuvo hijos.
Francesca creció en un ambiente de bullicio, gemidos lujuriosos, golpes corporales y respiraciones galopantes, los cuales provenían de los amantes fugaces que visitaban su morada.

A sus escasos ocho años de edad la niña observó como su madre era violada y asesinada por aquel hombre al cual conocía como su padre, este con una sabana asfixió a su madre hasta matarla y la niña desde el armario (pues ahí estaba escondida para sorprender a su madre) lloraba en silencio, pues desde ese instante quedó sin madre y sin padre, sin nada más que el cariño de las mujeres del cabaret y doña Antonella.

Al arribar a sus 15 años, Francesca era presa de la rutina, los clientes ebrios en el gran salón, los risibles gestos y charlatanas palabrerías, lo cual era como pan de cada día, más los siempre bienvenidos buenos días de Jeremy, (el cantinero de la casa, el cual la amaba en silencio) los cuales la preparaban para las clases de piano venideras. Cuando el profesor de piano partía, la jovencita ayudaba en los preparativos para el show de la noche, luego se dirigía hacia la plaza central a admirar a algún teatro callejero o algún circo ambulante, lo cual la reanimaba a diario y luego al atardecer regresaba a su hogar.

Valeria una de las jóvenes meretrices de la casa, envidiaba con odio a Francesca, puesto que esta tenía el amor de doña Antonella y el de Jeremy -aunque de este último no supiese nada- en una de tantas noches aprovechando el ajetreo de la casa, subió hasta la habitación de Francesca, cerró por dentro y con un cuchillo asestó una puñalada a la joven en el brazo, dado que esta sintió el cerrar de la puerta y se movió arruinando la intención de esta, la cual era atravesarle el corazón, en ese preciso momento se escuchó un fuerte golpe en la puerta de la habitación y esta fue derrumbada por Jeremy, el cual había adivinado las intenciones de Valeria y evitó una desgracia empujándola y gritando fuerte que saliera, para que los que estaban en la casa escucharan, lo cual en efecto ocasionó que la horda de gente llegara a la habitación de Francesca, encabezados por doña Antonella, la cual al conocer los hechos, corrió sin remordimientos a Valeria bajo una incesante tormenta.
La acción de Jeremy tuvo una recompensa inesperada por parte de la joven y esta fue un beso prolongado, el cual le robó el aliento, aunque este salió disparado y pálido como si hubiese visto un fantasma.



Al pasar el tiempo, la joven Francesca con 20 años cumplidos, decidió viajar por toda Europa y en este viaje conoció a Thomas, un joven apuesto, adinerado y cariñoso, el cual robó su corazón y al poco tiempo se convirtió en su esposo… Después de tres años, decidió volver con Thomas a Videk y al verla llegar tan linda y elegante, Jeremy decidió declarársele, pero ¡Cuál fue el susto de este pobre hombre! al ver que la dueña de su corazón venía con su ahora esposo, tal fue el dolor y decepción que tomó una decisión irrevocable, la cual fue el suicidio, el tributo a la muerte que pintó en la entrada de la habitación de la joven pareja, ahorcándose de forma tal que la pareja al salir viera su cuerpo expirado y así fue. La primera en ver la funesta escena fue Francesca, la cual gritó y se desmayó, llamando la atención de su esposo, el cual al ver el cuerpo lo bajó rápidamente descubriendo una nota en el bolsillo del fallecido, la cual decía: “Francesca, nunca dije que te amaba”, y esta nunca llegó a manos de la joven.

Pasaron 2 años después de la funesta escena y Francesca aún la recordaba con dolor, compraron una casa cerca del cabaret, pero una tarde tras regresar de comprar algunos vestidos, la joven sintió que algo extraño pasaba en su hogar y así lo fue; al abrir la puerta de su habitación observó a su esposo en apogeos con otra mujer, a la cual reconoció al instante, no era más que Valeria la cual volvió para destruirle la vida, pero al ver esto Francesca se armó de valor y con una vela le prendió fuego en la cama a los amantes, los cuales huyeron despavoridos. Dos semanas más tarde observó como el “Cabaret de las delicias” y todo lo que dentro se encontraba era incinerado por bocanadas de fuego el cual había sido provocado por Valeria y su ahora esposo Thomas, ahora la joven si estaba completamente sola, desquiciada y sin esperanzas…

Vendió su casa y compró una lúgubre cabaña en las afueras de Videk, donde enraizó toda la maldad que habitaba en su interior y donde llevó a cabo los asesinatos más crueles de la historia de ese pequeño pueblo olvidado por Dios.
Al anochecer la ahora no tan joven Francesca, acechaba tras las sombras de los árboles a cuantos transeúntes y amantes furtivos se cobijaban el bosque para realizar algunas “actividades” y aprovechaba la distracción de estos para atacarlos fuertemente y torturarlos de formas inhumanas. A las mujeres las estrangulaba con sogas que ella misma fabricaba de las ramas y a los hombres les mutilaba los miembros inferiores dejándolos desangrarse lentamente y adoraba ver los gestos de terror que ponían estos al verse atrapados en sus garras, esperando el día de consumar su venganza la cual no duró mucho en llegar…

En una noche de crudo invierno salió entre la niebla y vió apresurarse por el horizonte no muy lejano a un par de sombras, se ocultó y al enfocar la mirada divisó deleitada que eran Valeria y Thomas, a los cuales confundió tirando piedras pequeñas en distintos lados del camino, al tenerlos expuestos y alertas, emergió de entre los árboles y los emboscó bruscamente con un pedazo grande de madera, Valeria de defendió, pero fue la primera en caer, al ver esto Thomas desenfundó su arma, la cual le fue quitada en un suspiro por el madero y recibió un tiro en la cabeza, al verlo ensangrentado y muerto, Valeria corrió por todo el bosque, pero ya fue demasiado tarde, Francesca la encontró tras treinta minutos de búsqueda y le asestó una pedrada en el rostro y otra vez emergió la sangre, al verla tan vulnerable, Francesca la haló por el cabello y la arrastró hasta donde yacía el cuerpo muerto de Thomas y llegando ahí le dijo: “Este recuerdo quedará para siempre atrapado en la helada garra de mi venganza y están recibiendo su gélido merecido” y ¡¡puff¡¡ disparó y ya muertos los colocó suavemente entre la nieve entrelazados.

Ya desaparecidos dos símbolos de su desgracia, decidió buscar al principal causante de tanto dolor, su padre, el cual era un viejo moribundo solitario y al cual le concedió el pasaje sin regreso a este mundo, mediante un efusivo abrazo acompañado por una puñalada en el corazón.

Pasado todo esto Francesca, decidió huir por cinco años y nunca nadie descubrió que la autora de los crímenes seriales que ocurrieron en las afueras del pueblo, había sido ella.

Ya con 35 años y sin hijos por criar, nuestra protagonista decidió volver a Videk y compró las ruinas del “Cabaret de las Delicias”, lo reconstruyó, le designó el mismo nombre y convenció a nuevas frescas carnes para vivir y trabajar en el…