Cuando llegue al final de mi vida y la muerte me invite a ese viaje misterioso, deseo sacar mi último aliento con una carcajada final, y que en mi cara se dibuje una sonrisa y que quede estampado en mi rostro ese instante. Seguramente robaré post- mortem sonrisas a aquellos que vengan a despedir mi cuerpo y responsabilicen al Guasón de asesinarme…