Todos los días Jack observaba que las cosas de su casa estaban fuera de su control, no sabía como explicárselo, solo trataba de creer que él lo había hecho, pero lo raro que no conseguía aclarar el panorama de las situaciones que ocurrían en su hogar.
Todas las mañanas al levantarse para ir a trabajar, observaba que los muebles, la televisión estaban en otros lugares, en vez de estarlos en donde los dejó, trataba de no indagar más en el asunto para no atemorizarse, en algunas ocasiones veía como se movían las cosas de su habitación mientras leía libros, sus sirvientes eran personas de mayor edad, muy cariñosos y compresivos con él, Jack por su parte, no entendía el porqué, pero pensaba que podría ser producto de una costumbre ajena a la de él y la de sus pares.
Todo iba bien hasta que se tornó espantoso, ahora escuchaba pequeñas voces y pasos de niños por su morada, cada vez que pasaba esto su cuerpo se agitaba en demasía y sudaba como tal, lo más impactante fue que comenzó a hablar con aquellos entes, que le pedían por favor que dejase aquella casa, que ellos nunca lo harían y que uno de nosotros tenía que dar el brazo a torcer y ese debiese ser yo.
Comencé a preguntar a mis asistentes que era lo que ocurría aquí en esta casa, ellos nada me respondían, siempre que les hablaba de este asunto se iban y no los podía encontrar.
Una tarde de Diciembre decidí no ir a trabajar para ver si los podía encontrar a esos sujetos y enfrentarles a la cara como hombres, que podíamos arreglar esto como personas civilizadas, pero nada, hasta que sin quererlo escuche a la servidumbre que comentaba-“Pobre señor Jack, cree que lo quieren desalojar de esta casa, cree que lo están invadiendo, cuando él único que invade es él”- cuando me proponía a irrumpir aquella conversación, Juan el otro mayordomo acotó- “todavía no se da cuenta que lleva décadas en esta casa y que nadie lo podrá sacar nunca, ya que lleva alrededor de 50 años muerto, desde aquel accidente en vehículo que provocó su muerte en el 1958, pobre señor”, quedé perplejo, me senté en mi cama por unas horas y me decidí a irme de aquel hogar para dejar a esos inquilinos en paz y intentando encontrar el sendero que termine con mi eterna soledad y mi alma encuentre la paz que a buscado por siglos y que aun no encuentra
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