La mujer calló. Dejó hacer. La puerta se cerró tras él. El domingo amaneció nublado, la tarde llegó con retraso. Noticias no fueron comentadas. Los días pasaron. Al igual los veranos, y sus inviernos. Quiso expresarse frente a las primeras preguntas, la vergüenza se lo impidió. La presión aumentó, al punto tal que la congoja ocupó su corazón. Tampoco aquella segunda vez, logró contestar, careció de fuerzas para ello. Temió que no habría una tercera posibilidad. La decisión llegará. Ellos cumplirían lo pactado. Ella también había dado el sí requerido. continuará ``````````````````````````````````` @surenio
Texto agregado el 16-10-2008, y leído por 89 visitantes. (1 voto)