TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / el_reto_ganadores / RETO 13 PROSA Ganadores: grauer_wolf y altorcan

[C:375425]


LA CABEZA
grauer_wolf

-- ¡ Maximilien, Maximilien !...¿ Qué hacemos?

Robespierre ignora la mirada atónita de su amigo, o lacayo, que no cesa de gritar. Sus aullidos suenan mecánicos, no esperan respuesta.

-- ¡ Calla Saint-Just! No me puedo concentrar con tanto alboroto, necesito pensar -- pero lo único que se le ocurre en este instante es que lamenta no haber guillotinado antes a Saint-Just como a Dantón y los demás, cuando la ocasión fue propicia.
Algo extraño le sucede, tiene la mente embotada y se siente tan cansado que no logra ordenar sus ideas. No ignora que se encuentra en una situación difícil.
Los gritos de Saint-Just son ahora más débiles, esporádicos, pero de todas maneras interrumpen el endeble flujo de sus conjeturas y su intuición se transforma lentamente en un escalofrío que se desborda en odio en una fracción de segundo.

-- ¡ Pero cállate de una vez Antoine!...¿ O quieres acabar en la guillotina? -- la última palabra se le clava en la garganta. Antoine Saint-Just ha dejado de gritar. Sus ojos ya vidriosos son un pozo de reproches y un hilo rojizo se desliza por su barbilla.

Robespierre evita mirarlo y echa un vistazo a su alrededor. La muchedumbre lo aclama... ¡ No! Gesticulan y se burlan de él señalándolo con el dedo. Los niños lo apedrean y las mujeres le escupen, a él, Maximilien Robespierre, maestro en la dialéctica y paladín de la revolución.... No puede ser... ¡ Ingratos! Ya verán, pronto pagarán con creces su osadía.
De repente alguien lo agarra por el cabello y lo alza por los aires hasta que escucha un ruido feo, grotesco que le lacera el cuello. Curiosamente se encuentra a un montón de metros sobre el suelo. „La Place de la Revolution" está rebosante, llena por los cuatro costados. También distingue junto a la guillotina el cesto donde se amontonan las cabezas de sus más íntimos colaboradores, entre ellas la de Saint-Just. La vista se le nubla, se pierde, baja la mirada, pero vuelve a abrir los ojos con el terror temblándole en los labios cuando descubre su cabeza clavada en una pica. Busca algo, una referencia que le devuelva la razón y se tropieza únicamente con su cuerpo todavía bajo la guillotina. Un surtidor de sangre, como una fuente, fluye a borbotones de su cuello. La muerte desmantela su asombro y un grito sordo hiela el silencio, pero el horror brillará eterno en sus ojos.

-----------------------------------/


RECOGER LO NECESARIO
altorcan

En los límites del barrio de edificios modestos hay un conjunto de infraviviendas, asentado inestablemente en la ladera que cae hacia las vías del tren, amalgama de latas, cartones y plásticos. Predomina la suciedad en el contorno y lo envuelve un aire de tristeza y derrota En la última y más aislada de las chozas, casi lamiendo el tendido eléctrico del ferrocarril, vive, es un decir, Honorio con sus dos perros. Habita esta vivienda de forma intermitente, entre periodos de internación en el psiquiátrico, cuando, tras algún brote psicótico los servicios sociales del Municipio lo recogen, lo cuidan temporalmente y luego le dan de alta con un plan de medicamentos que Honorio no se ocupa de seguir. Su mente distorsiona enfermizamente las percepciones, mezclándolas de forma inconexa con recuerdos y figuraciones. Mira los rincones de su exigua casa, y los ve abarrotados de bolsas y trastos viejos. Síndrome de Diógenes, recuerda que decía la doctora, y añadía: Honorio, recoge sólo lo que sea necesario. No está seguro de entender bien el significado de ese término. Los perros gruñen, y uno de ellos acerca su boca babeante al trozo de pollo que Honorio mordisquea. El hombre lo despide con una puntapié, termina de devorar la presa y arroja al suelo el hueso pelado, sobre el que se abalanzan y disputan los dos chuchos.
Verónica sale a la calle entre tiritones de fiebre. Acaba de dar a luz en el baño del departamento que comparte con otros 12 emigrantes. Nadie lo sabe, nadie ha notado cómo avanzaba su estado de gravidez, lo ha tenido en secreto. Sola en este país, menor de edad, sin papeles, se arriesga a perder su empleo ilegal y mal pagado. Hace frio, la noche se espesa entre jirones de niebla. Dentro de la caja de cartón que sujeta bajo el brazo está el recién nacido, con la herida del cordón aún sangrante, con vagidos sin fuerza, apenas perceptibles. Verónica deja la caja junto al contenedor de basuras. Dentro de media hora ha de pasar el servicio de recogida, y Verónica guarda la débil esperanza de que lleguen a tiempo de encontrar a su bebé con vida.
Honorio también conoce el horario de los empleados de la basura, y llega unos minutos antes para hacer su cosecha. Lleva un desvencijado carrito de compras, robado de algún supermercado. Ya lo tiene medio lleno de desperdicios, cuando escucha un ligero gemido que procede del suelo, a la derecha del contenedor. Se agacha y examina con curiosidad el contenido de aquella caja. Recuerda, recoge sólo lo necesario. Y carga con aquello en el carrito. Sus perros lo necesitan.

Texto agregado el 15-10-2008, y leído por 207 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
29-10-2008 De grauer_wolf ya sabía que es un Capo, pero este de altorcan es genial, sin miedo a un crudo final. Capo también! ElnegroHinojo
15-10-2008 Felicidades altorcan, también a la buena labor de los organizadores y por supuesto a todos los participantes...Un saludo. grauer_wolf
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]