Sombra.



Mientras corro por el parque, me doy cuenta que está allí, como todos los días, es ese sujeto nuevamente, hay algo familiar en él, sin embargo, estoy casi seguro de no haberlo visto antes. Siempre está en la misma posición, sentado en una banca y haciendo el atisbo de recoger algo, parece una tarjeta o un papel pequeño, no lo sé, pero cuando paso por el flanco opuesto de donde esta él y lo observo a la distancia, parece quedar petrificado por algún temor indefinido, creo que el hecho de saber que lo estoy mirando lo anula, esta actitud no deja de llamarme la atención, sobre todo por ese aire familiar en su figura lejana. Su ropa, sus zapatillas, su pelo, no puedo definir qué es lo que más reconozco de él, sin embargo, su rostro siempre me es difuso, no lo logro identificar.

Y hoy ocurre lo mismo. No puedo dejar de decir que esto me causa una terrible inquietud e inseguridad. Sé que puedo acabar con esta duda, con solo cruzar el parque e ir hasta donde él está, pero hay algo que me lo impide, siento que mi encuentro con ese sujeto puede provocar un horrible desenlace.

Es curioso, pero cuando logro dar la vuelta completa al parque y llego hasta el asiento donde había visto a ese tipo sentado hace algunos minutos, este está vacío, como si nuestras caras no pudieran encontrarse jamás. Pero hoy estoy decidido a cambiar esta situación, aunque aún tengo mis aprehensiones. El aire frío que golpea mi cara mientras corro me ayuda a tomar la decisión; así que cruzo al otro lado del parque desde donde estoy y recorro la distancia que hay desde este punto hasta el lugar en que se encuentra este sombrío tipo.

Corro lo más rápido que puedo. La luz del día se está acabando y me obsequia un hermoso crepúsculo. Trato de hacer memoria para encontrar en esta telaraña de recuerdos a ese sujeto, pero su innominada imagen no concuerda con ningún perfil, con ningún amigo o pariente lejano, con ninguna persona conocida, con nadie que pueda clasificar como parte de mi vida. Esto me desconcierta aún más, pero en fin, ya estoy llegando hasta mi destino. A lo lejos logro apreciar que el asiento está vacío como siempre sucede, no me sorprende. Ahora que estoy a un lado de esta banca de parque, me cuestiono si realmente vi a ese tipo. Me siento en la banca y cuando lo estoy haciendo veo un pedazo de papel en el suelo, es un carnet de identidad, de hecho es el mío, esta mi foto y mi nombre- un escalofrío recorre mi espalda - y antes de terminar de sentarme miro por encima de mi hombro al lado opuesto del parque y veo a un sujeto corriendo, que por un momento se detiene a mirarme de manera inquisitiva, yo le respondo con una mueca de horror que el parece entender.