Sabia que debía hacerlo, no existía otra manera…la sangre me salpico en el rostro cuando detone aquel revolver y la bala se introdujo en su frente…tuve el poder de ejecutar mi decisión, fui valiente, aunque en algún punto sin retorno me acobarde, pero al fin El estaba salvo…


Aquel día mi habitación era algo asfixiante mas que todo lo que circulaba por mis adentros, caminaba de un lado a otro y de repente estas paredes comenzaron a hacerse mas y mas angostas, me atemorice. Mire mi celular pero nada, ningún mensaje siquiera o algo que me detuviera, después de todo ya era tarde. Había puesto solo una bala dentro de la pistola, el reloj marcaba las 7:00pm tal ves el estaría en el parque como de costumbre, sentado en una de esas sillas blancas junto de la iglesia del lado de los escalones, era ese lugar por el que tanto miedo me daba pasar y verlo ahí poseyéndome con la mirada, las manos me sudaban, subí al autobús y ya daban las 7:30pm, sentía que todos miraban mi bolsa roja que rompía el luto por su exótico color junto de mi vestimenta oscura. Me deslice al asiento junto de la ventanilla y el listón que ataba mi cabello se corrió fugándose entre el aire.

Ahí estaba como predije, me arme de valor y pase frete de El, ni siquiera me miro y ese efecto chispeo en mi, compre cigarros, me senté tan lejos como para evitar que su fuego me tocara y tan cerca para observarlo por ultima vez, mi tabaco se agotaba, El reía, sonreía, no pude escuchar la platica pero si hurgue entre sus pensamientos y no me encontré, estaba tan hermoso en este cielo negro y entre la luz de las lámparas, note que se despedía, lo seguí y estando tan cerca me apresure a decir:
-¿que hermosa noche no lo cree?-
-ya lo creo, encontrarte aquí ya hace una hermosa y gran noche-
Note que mentía, lo había hecho siempre, al menos a mi y yo lo soportaba, siempre…lo quise, aun, y no como una posesión sino como el humano que me enloquece de la forma que fuere. Platicamos todo el camino, mi bolsa pesaba mas y mas a cada paso que daba, la idea palpitaba, ronroneaba y rujia, recordaba la única bala, si aceptaba que fuera mía solo me alejaría mas pero no dejaría de sentirle jamás, este gran amor se adivina también en la eternidad, y no quiero terminar como lo imagine miles de veces, me aria tanto daño como no resistiría, en resumen, si yo moría nada cambiaria, yo debía sufrir, El no.
-¿porque el silencio?- su voz quebró el cielo y me estremeció.
-sabes que te quiero tanto como ya te lo eh dicho?, te quiero y te esperaría cada día sino es que ya lo hago.-
-si, lo se, ya hemos hablado de ello y sabes…-
Le interrumpí-si, se que no sientes nada, al menos hacia mi tanto como quisiera, sabes como me aterra y como anhelo el hecho de que algún día tu…pero creo que ya es tarde, sin embargo sigues aquí- y después el silencio reino otra ves.
Llegamos, estábamos frente de su casa, abrió la puerta dispuesto a entrar ¿Esperaba que lo siguiera? ¿Quería que entrara?, entonces se volvió a mí y me beso, me atrapo otra ves, soy el títere que juega, ese que olvida en su caja y que por un tiempo no existe. Tome su cara entre mis manos y le arranque un beso de esos que inician una noche, me tomo de la mano y me indico la entrada.
-hoy no, esta ves creo que no podre, no quiero tocarte aunque te desee tanto y quiera desgastarte entre mis caricias- mire su rostro sorprendido.
-esta bien, será en otra ocasión-

Otra, no, no existiría tal, terminaría con el demonio que me condena. Estábamos de frente, el dispuso a entrar, saque rápido la pistola y en una fracción se segundos pensé en usarla en mi.
-te amo- le dije casi gritando.
El volteo y sonrió, tan sereno dulce, me miro, todo paso tan rápido, la bala penetraba su frente, escuche el crujir del cráneo, la sangre que me salpicaba en los anteojos y el rostro, el disparo se perdió, la detonación termino. El estaba a salvo de mi, de cualquier tortura que yo deseara iniciar, era una manera de protegerlo de este monstro llamado ‘’yo’’, nadie lo lastimaría. Lo amo cada día que pasa y cada segundo que desaparece, entonces recordé ‘’amar a una persona para a serle eterno significa asesinarle’’…
Recuerdo bien ese día, el beso sigue único y la pistola sigue pulsando desde el hondo cajón, susurrándome por las noches aquel estallido de amor.




para ElectroSoul...