Pensando en ti se me fugan los versos de las manos,
Se me deslizan las confesiones y alabanzas del corazón
Mismas que una vez impresas mando marchando a la hoguera
A arder en el fuego de la censura, de mi cobardía

Y cuando me atrevo, deseo que se levanten las cenizas,
que bailen contigo convirtiendo en sueños tus pesadillas
Para que al despertar solo sepas que mientras dormías
… no estabas sola
al menos no tanto como te decía el eterno eco de tus paredes frías,
pero no me atrevo, y nada baila, nada se eleva
solo vuela mi pensamiento
y se posa clandestino en los ojos de tu regadera,
en las gotas tibias que acarician tu cabellera
en tu mirada larga, y tu sonrisa pasajera.

Después de pernoctar en la cruzada voyerista
vuelven a mi, las horas perdidas de mi cabeza,
trayendo entre las alas impresiones ficticias
de mis espionajes paganos
mismos que tomo entre los dedos, los respiro y los abrazo
los enmarco y atesoro como momentos a tu lado
Y aunque en realidad mis pies nunca cruzaron esa puerta
reemplazo con los instantes inventados las horas verdaderas
Y a esos fragmentos vividos de tiempo absurdo y vacio,
Los junto en un solo puñado y los coloco en el olvido

Y es que pensando en ti se me fugan los versos de las manos
bajo la luna de octubre que me mira de soslayo para no contagiarse de mi melancolía.
Y es que pensando en ti se completa mi vida
Sobre montones de hojas, entre prohibidas fantasías
por que aun sigo soñando que el final nunca sucedió
por que duele al despertar tu ausencia, haciéndole eco al adiós.