Estamos en la cama muy comodos. Mi pierna abraza tu cintura. Mis senos tocan tu espalda. Mi aliento te dice cosas al oido para que solo tu las escuches. Habiamos deseado este reencuentro hace tanto tiempo...

Cuando nos conocimos yo era una jovencita idealista y confundida. Tu estabas en tus treintas y tu vida te estaba ahogando. No se por que me hiciste caso, esa es una pregunta que dejare pendiente. Pero esa primera cita no resulto en lo que esperabamos.

-Dejame explicarte que en esa epoca yo tenia mucho miedo. No conocia mi cuerpo, y menos mis deseos. Como le puedes decir en nuestra sociedad a un hombre, te deseo? Como lo escoges tu maestro, tu guia en ese espacio que ni tu sabes como se llama, a esos sentimientos encontrados?. Yo te encontre y quise decirte, en mi retorica todavia infantil, a pesar de mis veintipocos, que deseaba ser mujer, mujer en tus brazos?.

- Escapaste, escape... escapamos. Aun hoy huyes de mi, y sin embargo me buscas. Si estas aqui es porque me buscas, si lees esto es porque me estas esperando. Entonces, dejame decirte como sera esa noche que aun me debes, o mejor dicho, esas horas que sean de dia o de noche, aun tienes que realizar conmigo.

...Te besare y me besaras, asi como hace años no lo hacemos, como dos adolecentes de nuevo explorandonos con nuestras lenguas. Con deleite, como si el mundo se estuviera acabando.

- Recuerdo esa vez en el carro, cuando el tiempo se hizo liquido como mis entrañas, tu boca me mordia, me raspaba tu barba, y yo te deseaba. Me di cuenta que todo a nuestro entorno se habia vuelto niebla, humo que salia literalmente de nuestros cuerpos. Sali corriendo a mi casa, me desnude frente al espejo. Mi boca estaba inchada de tus besos, mi cuerpo estaba caliente de deseo.

-Has deseado con fuerza algo mas, como me deseaste aquel dia? porque tus manos me recorrian, mi cintura, mis senos... tu labios me deseaban, me besaban, lo recuerdas?

-Ya no soy esa chiquilla, mi cuerpo cambio, no asi el deseo. Y tu lo sabes. Si antes fue todo prisa, ahora es sabiduria, si todo fue verguenza, ahora es orgullo, porque siento orgullo de tocarte, de explorarte, con ojos sorprendidos, y al mismo tiempo sensuales, me haces, te hago, nos dejamos hacer...

- Espera, quiero saber que pasara con nosotros...con los cuatro.
No lo se, acaso lo sabes tu?

Regreso a casa, abrazo a mi hijo, me tiendo en la cama, me acurruco en mi esposo. Mi corazon esta tranquilo gracias a ellos, y mi cuerpo satisfecho gracias a ti.

-Me dijiste en una platica un poco sosa, en ese tipo de reencuentros donde no sabes poner las cosas en claro -Ya no escribes?, intentalo, con cuentos cortos.

-Este cuento te lo dedico a ti E. Porque hay cosas que quiero hacer y no puedo, porque hay mil tabus que quiero romper contigo, porque quiero tender un puente donde encontrarte, un lugar donde no existe la palabra compromiso, promesas, solo este tonto y extravagante sentimiento que me hace no olvidarte. Tal vez si no me hubieras besado, tal vez.

-Que quieres, solo acostarte conmigo? -Me dices muy serio-.
- Si, porque estoy preparada, despues de tanto sondear mi mente, te puedo ver a los ojos y decirte lo que quiero, sin disimulos ni tonto romantisismo, porque no te salvare, no me salvaras, simplemente somos, y lo queremos. Porque la verguenza ya no existe.

-Y en ese momento exacto, me besas, te ves en mis ojos y tu cuerpo, encima de mi cuerpo, me penetras... y suspiro... y nos envuelve el orgasmo salvador.