Cuando me ausento no siempre están de acuerdo con la imagen que se desaparece tras mi paso. Me pregunto cuántos fingimos continuidad. Se perciben autenticas piezas preciosas y yo les creo.
Tenía que decirte esto que me atravesó cuando me decías eso que te sucedería, pero me calle porque pienso que soy egoísta con tu tiempo, con tu figura risueña aunque desgastada. Y las tormentas que me cantas nunca son más pequeñas que mis fantasías etéreas.
Me di cuenta lo pequeña que soy y me duele mas cuando no se como crecer sin morir en ese intento. Me siento débil y mi corazón se oprime. No me sirve el silencio que me procuro, las cosas están allí y mi dinámica corporal terminara por generarme el cáncer por el desuso de mi carne.
Camino por la dimensión confusa, mis dedos son pequeños y fríos y no me cubres con tus abrazos porque estas muy lejos para cuidarme. Ya me cuesta cada vez más comprometerme, cumplir con los recados. Me subestima, me subestimo y no logro caminar alejada de esta línea perfecta que me obligan a pisar. Mi tiempo es pobre y la regresión es enfermiza, trae consigo ocasos solitarios y la mugre de las polillas en los tiempos de la revolución industrial.
Por qué me fingen el saludo. Si no quieres y no quieren esta bien por mí. No me castigues, no me castiguen por no emprender las travesuras de sus fantasías. La “adenoide” (anedonia, como a mi me sale decir) es mi semblante.
¿Quieres perdonarme por no ser la imagen que tus requisitos esbozan, quieres dibujarme diferente pero sin herirme, quieres dejar de cargarme por las cosas que no haces y que tampoco yo logro hacer, quieres por favor limpiar el gris oscuro mundo que me persigue, quieres envolverme en una sabana llevarme muy lejos en silencio y destaparme cuando este lista?…susurra mi caída y dime nada cuando caiga pero no dejes de mirarme, se mi “neurona espejo”.