Mi amor es imposible, la he mirado, la he soñado incluso antes de que viniera a este mundo, la he idealizado como ninguna, la he esperado por todas mis vidas, por todas mis reencarnaciones, hasta que la miré y supe que era ella, no cabía duda alguna, era mi amor, el fruto de tantas vidas, en carne y hueso.

Vivía hace unos cuantos años en una residencia, ubicada a unos cuantos kilómetros de mi hogar, siempre la veía, pero nunca me atreví a soltar una palabra frente a ella, podía ser la persona mas dicharachera del mundo, pero con aquella mujer, todo se tornaba difícil, sentías que la vida era solo un capricho, un no se, lo cierto es que me cohibía de tal manera que me comportaba como un niño con juguete nuevo, como un niño complacido, no se de que, si nunca le había dirigido la palabra, lo que mas me provocaba era su rostro, siempre tapado, ¿Qué ocultaba despampánate figura?, no quería saberlo, lo que si sabía era su nombre, Venus, que hermoso nombre, igual a la diosa, solo que esta era real, y quería que fuese mía.

Toda la gente cuando comentaba su nombre se reían de mi, decían que yo estaba loco, como me podía fijar en ella, si nunca la había visto, con suerte me sabía su nombre, pero siempre supe como era, no importaba lo que las gentes especularan, la había visto enteramente en mis sueños, y con eso me bastaba, me molestaba si que cada vez que sacara su nombre a conversación se rieran de mi, y me dejaran hablando solo, diciéndome; ¡Cómo no te das cuenta tonto! ¡Abre los ojos!, nunca supe el porque exacto, solo pensaba que podía ser por que ella era una mujer adinerada y yo solo uno del montón, así pasaron los años y un día intrigado por ver su rostro, fui a su casa con el pretexto de pedir trabajo de jardinero, pero fue el peor momento que pase en mi vida, encontré lo que siempre busqué, lo que soñé, con una decepción infinita sobre mi, me asomé a su ventana y estaba ella de espaldas con una pierna arriba de una silla, con una maquina de afeitar, pero eso no fue lo raro, porque toda mujer utiliza distintos medios para su depilación, pero de pronto sacó otra máquina de afeitar y comenzó a rasurar su cara, se volteó y miré a quien había soñado por siempre, era un hombre, ahora sabía el porque de los dichos de mis amigos, vecinos, pero me di cuenta de que en mis sueños siempre la soñaba con voz ronca, pero nunca supe porque, hasta que me di cuenta que toda la vida tenía gustos por los hombres, me descubrí, era homosexual…