Casi fue ayer cuando te pensaba,
te soñaba,
te anhelaba.
Por momentos Kaikena sin ganas de volar,
más es pasado,
hoy los vientos soplan a mi favor.
Te llevo en mi vientre,
te siento,
te mueves,
te amo hijo mio,
que bendición¡¡.
Es tan claro este milagro,
por años una ilusión,
hoy una realidad.
A la vida no le recrimino nada,
tengo dos angeles cuidandonos desde el cielo.
Amo la vida, no le temo a la muerte,
solo le pido a quienes manejan los hilos del destino: me dejen ser tu madre,
me dejen tenerte en brazos,
mirarte a los ojos, saber que los milagros existen
y que sos parte de ellos.
Mis lágrimas caen por mi rostro,
no me avergüenza,
te necesito,
hablemos con los cielos,
se que ellos nos permitiran un final feliz para este precioso encuentro.
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