Inicio / Cuenteros Locales / carolina52 / El Avestruz y el Ornitorrinco. Cuento infantil
El Avestruz y el Ornitorrinco.
En las mesetas desérticas de Australia habitaban los grandes Avestruces. Se alimentaban de insectos y algún pasto que crecía en el lugar. Generalmente siempre estaban en grupo porque no sabían con que peligro se podían encontrar en el camino. No eran miedosos sino precavidos. Aunque no se atrevían a salir de su territorio siempre existía algún joven avestruz que quería aventurarse a salir del grupo aviar. Sin embargo los más viejos aconsejaban a los más jóvenes y les decían: - Si quieren sobrevivir manténganse siempre juntos. Aquí lo tenemos todo, pequeñas lombrices y hormigas, y un poco de pasto verde que crece por doquier-
Sin embargo el Avestruz más joven del grupo se decía:- esas aves si son tontas. Yo me aburro todos los días. No hay nada que les emocione. Cuando todos estén durmiendo la siesta me voy a escapar. Deben existir otras cosas que ver-. Y así fue como ya al final de la tarde, nuestro amigo se aventuro por conocer nuevas veredas y territorios. Por el camino se iba alimentando de pequeños insectos. Aunque de repente le dio una gran sed y no encontró agua por el camino. Empezó a ver borroso, y creía desfallecer. Entonces oyó una voy lejana. – Oye tu, ave emplumada, ¿qué estas haciendo? ¿Estas durmiendo la siesta? Y se reía a mas no dejar.- El Avestruz se levanto molesto y vio un animal rarísimo. Tenía boca de pato, forma de pastor y cuatro patas parecidas a las aves.
- Creo que ya estoy muerto, debo estar en el paraíso de las aves- se dijo a sí mismo. – No, no estas muerto, estas vivo y coleando, un poco medio muerto nada mas, ya que dentro de poco si no bebes nada de agua si vas a pasar al paraíso de las aves, si es que existe. Pero me acongojare de ti. Si te arrastras un poco, aunque no se como vas hacer por esas patas tan grandes que tienes. Allí hay un riachuelo. Allí vivo, y te doy permiso para que tomes agua de mi río.
El avestruz que estaba de lo más indignado por el sentimiento de desprecio de ese animal le dijo: - Si no estuviese tan débil te hubiese herido a picotazos-. Pero decidió resignarse a decirle mas nada. Se doblo sus patas lo mas que pudo y jadeando llego al riachuelo. Tomo agua con avidez y le dijo. – Oye amigo, ¡Que animal tan extraño eres! Como te llamas? Me llamo nu y soy un Ornitorrinco. – Yo no soy tu amigo, y solo he sentido de piedad de ti, porque yo nunca he visto una ave como tu., con esas patas grandes y esas plumas, que por cierto no son tan hermosas. Le dijo con desprecio el Ornitorrinco.
-Bueno, tú tampoco eres muy común. Yo nunca he visto una especie como la tuya- Le dijo con desden el Avestruz. A pesar de las diferencias de uno con el otro, estos dos animales empezaron a tener simpatía uno con el otro.
- Suerte que tienes que me caes bien- Le dijo al final el Ornitorrinco. Ven a conocer a mi familia. Vivimos en este riachuelo- El joven avestruz, que le pareció todo muy emocionante y divertido acepto la invitación. Pero, cuando se acercaron mas al río, los demás Ornitorrincos se asustaron y se fueron a sus madrigueras. Uno de ellos se atrevió a salir. Y le dijo:-¿y, que es esa cosa?. No ves que nosotras somos una especie que debemos estar al incógnito. Ahora va traer a todos los de su especie y nos van a descubrir, y quien sabe, con que intenciones.-. – No seas odioso, es mi invitado-. El joven avestruz se recordó mucho de los viejos del grupo aviar. Y se dijo a si mismo: - Todos son iguales. Lo que es diferente los asusta- Ven a mi madriguera, queda en el fondo del agua. Pero para la sorpresa del Ornitorrinco, este le dijo- Yo no se nadar, no soy pez ni pato, es que no te has dado cuenta-. El ornitorrinco que era además un poco distraído. ¡ tienes razón es verdad.!
Bueno te acompañaré un rato. Pero ten mucho cuidado, por aquí cerca viven unos seres extraños con una cabeza, piernas y brazos que no se parecen a ti ni a mí. Y te pueden hacer daño, y bueno yo tengo la ventaja que puedo meterme en el fondo del río y esconderme en el fondo de mi madriguera. De repente, sintió una picada en una de las plumas. – Son esos seres, ya vienen otra vez- dijo otra vez. Bueno paticas que yo te tengo, me voy al fondo del río. Allí no me pueden hacer nada. Pero cuando ya se iba acercando a su madriguera le dio un sentimiento de tristeza. – y si al pobre avestruz se lo llevan, seguro que se lo comerán-. Así que decidió ayudarlo. Pero como los demás Ornitorrincos no eran exactamente muy solidarios que digamos se escondieron todos en sus madrigueras. Sin embargo Nu era muy amigo de las culebras de agua, y terrestres. – Amigas, allí hay un Avestruz en problemas. Esos seres con piernas y brazos se los van a llevar. Ayúdenme y les traeré los animales más exóticos del estanque. Las serpientes se quedaron pensativas. No me atrae mucho la idea, pero la gula las estaba comiendo. –Ok, te ayudaremos-.
Los seres, llamados y que humanos ya pensaban llevarse al pobre animal todo adormecido. Pero de repente se le acercaron un montón de culebras, y el miedo los domino y salieron corriendo porque sabían que algunas de ellas eran muy venenosas. A las dos horas se despertó el Avestruz con un gran bostezo: -¿Que paso? Yo estaba soňando que me estaban comiendo unos insectos muy exóticos.- A lo cual el Ornitorrinco le respondió: - Por poco te ponen en la colección de animales exóticos de los humanos-. Gracias a mis amigas las serpientes te salvaste.- No se como agradecértelo- le dijo amablemente el Avestruz. – No te olvides nunca de nosotros, y no nos juzgues por que seamos de distinta apariencia – Le dijo el Ornitorrinco. Y así fue cómo el Ornitorrinco y el Avestruz aprendieron a aceptarse uno al otro, y darse de cuenta de que a pesar de las diferencias pueden surgir las más bellas amistades.
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Texto agregado el 12-10-2008, y leído por 3206
visitantes. (9 votos)
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Lectores Opinan |
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12-10-2009 |
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Hermos cuento con más de una enseñanza; primero, escuchar advertencias, la voz de la experiencia es importante, sin embargo, esa también lleva a la enseñanza dos; muchas veces hay que arriesgarse, de las experiencias propias también se aprende. Tocas temas de compañerismo, racismo, amistad, tolerancia, es un cuento muy rico. Bien enfocado como infantil, que son nuestra base para tener adultos íntegros. Si los leen adultos, mucho mejor, aunque lamentablemente, el árbol que crece torcido, difícilmente va a enderezar.***** maurapaz |
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22-10-2008 |
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Hermoso relato.. realmente? he disfrutado visitándote, miles ************ Vilyalisse |
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18-10-2008 |
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Me sumo a la opinión de crazymouse y zepol,cuando la iba leyendo no veía a los animales si no a personas pues has desnudado con lo peor y lo mejor que tenemos.ya te he comentado otras veces que son como nuestras fabulas ,historias con personajes de animales pero con defectos y virtudes humanas,y siempre con una moraleja. 1313 |
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16-10-2008 |
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presioso cuento, muy sentido. me encanto mis eternas super novas para vos. elmesiaz |
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15-10-2008 |
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Hago mías las palabras de Crazymouse. me encantó tu cuento de niños para adultos. 5* ZEPOL |
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14-10-2008 |
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Si esta historia, linda historis no tan infantil como pudiera pensarse a primera vista, la aprendieramos los hombres, los problemas "racistas" que hemos creado a lo largo de los siglos, tal vez no existirían.+++++ crazymouse |
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13-10-2008 |
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Muy lindo. margarita-zamudio |
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12-10-2008 |
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Claro que si amiga. Las diferencias no marcan las distancias, màs bien nos enseñan a amar la diversidad.
Muy lindo tu texto. rhcastro |
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12-10-2008 |
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Muy bonito tu cuento, amiga. ¡Ojala los humanos aprendamos a ser menos "animales" y superemos siempre las diferencias, con amor y buena voluntad. Un beso y mis estrellas. emiliosalamanca |
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12-10-2008 |
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Hermoso cuento infantil,felicitaciones ******* duqueuviedo |
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12-10-2008 |
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La idea es muy buena, no es fácil escribir para niños. Unn saludo. Azel |
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12-10-2008 |
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no juzgues...perfecta idea.***** anablaumr |
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12-10-2008 |
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una fábula muy buena! me hizo recordar a la de Horacio Quiroga Las medias de los flamencos divinaluna |
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