Hay que reducir impuestos* (y controlar las becas).
Estoy a punto de ganarme la simpatía de muchos y el desagrado de pocos. En este país paternalista (tal vez el más paternalista de los países no-socialistas) se exprimen a unos cuantos profesionistas, empresarios, servidores, etc, cobrándoles un alto porcentaje de impuestos. ¿Por qué? Porque el gobierno sabe que dispone de ese inflado presupuesto y no busca obtenerlo por otros lados; qué le va a interesar crear una estructura más eficaz de cobranza, un sistema en el que todos los mexicanos paguen (y no unos cuantos) y una estrategia atractiva para que el despojo no se vea como un robo. Ellos “cumplen” con su trabajo y con eso tienen.
Voy a poner como ejemplo la revista Algarabía. Esta revista jamás ha aplicado para obtener un apoyo de parte del gobierno, aunque se dice que el gobierno se lo daría en cualquier momento. ¿Cuál es la razón? Que en el momento en que la revista Algarabía se confíe y tenga asegurado el ingreso, dejaría de interesarse en ser creativa, novedosa, llamativa, y le importaría poco la competencia, a diferencia de la revista literaria de la UNAM, donde los directores están dormidos en sus laureles, sin importarles que sea muy poca la gente interesada en su excesivamente caro y muy subsidiado producto. El caso del arte en México, en específico de la literatura, es muy peculiar, ya que México es de los únicos países latinoamericanos que brindan apoyos monetarios de parte del gobierno. En Argentina y en Colombia, a los creadores ni siquiera les pasa por la mente que el gobierno vaya a financiarles sus proyectos, o sus gastos personales, buscan patrocinios con empresas a las que hay que rendirles cuentas, o ponen de su bolsa, convencen a la gente de su proyecto y se preocupan por la difusión y comprensión de las masas por el arte, mientras que en México seguimos, no sólo esperanzados, sino enfurecidos, porque el gobierno no mete lo suficiente sus paternales manos y nos rescata. Sobretodo en el cine. Lo mismo sucede con los gobernantes: ninguno cumple sus promesas de campaña de reducción de impuestos, y siguen exprimiendo a los mismos ciudadanos, creando una mayor inestabilidad social y económica. Saben que cuentan con ese dinero.
Ante situaciones trágicas surgen las mejores ideas. Un presidente que prometa renunciar si no hace factible una reducción y recolección de impuestos, convirtiendo al país en algo más atractivo para la inversión extranjera, puede tener asegurado mi voto. Un artista que construya sin importar las terribles circunstancias que se le presentan, seguramente ofrecerá una pieza con un gran sello de garantía. México ha logrado que subsistan valiosos proyectos, gracias a las becas y apoyos; sin embargo, una parte significativa de estas becas se encuentra en poder de algunos corruptos, que siguen valiéndose del compadrazgo y ni siquiera son creadores artísticos. Estos parásitos podrían ser los culpables en un futuro de darle la razón al partido de derecha, para que al fin encuentre las justificaciones suficientes para reducir, aún más, el presupuesto en la cultura.
Se requieren resultados estadísticos o la aprobación de varias autoridades morales en los diversos temas subsidiados, para aquello que no puede medirse, y que el partido en el poder federal se informe más al respecto. Por supuesto no espero que lo hagan con fines de altruismo y deber, sino para preservar el dominio y prestigio, que, para ser honestos, es lo único que en el fondo les importa.
Tengan un buen día.
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*ahora en tiempos de crisis, sería algo muy atractivo para la inversión extranjera
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