El Cacho Peralta era un tipo cruel y burlón, junto al rucio Ríos, siempre se las arreglaban para humillarlo. Franklin era debilucho y nada podía hacer, sólo estudiar…y tragarse ese infinito odio que sentía por ese par.
Arregló sus libros, se había pasado la tarde entera estudiando y colocando todo en orden. Cuando la mochila estuvo preparada, Franklin sacó una pistola de debajo de su colchón y la agregó a sus útiles de estudio…
Texto agregado el 10-10-2008, y leído por 229
visitantes. (5 votos)
Lectores Opinan
01-07-2009
Muy bueno. ohayoo
16-10-2008
uff! toda una tragedia en pocas palabras. Felicitaciones. galadrielle
10-10-2008
"El valiente vive hasta que el cobarde quiere" así reza un dicho mexicano. Buena narración. Mis 5* Azel
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login