Perdido,
inseguro, sin saber siquiera,
para el siguiente paso
que pie debo adelantar,
si el zurdo o el diestro.
Ni siquiera sé
si debo andar realmente,
ni si me toca echar aire
o coger aire,
ni si debo en en verdad respirar.
Quizás dejar de hacerlo
sea el gran paso hacia algo
o quizás hacia nada,
¿será mejor algo o nada?;
por si acaso,
decido coger aire,
adelanto el pie izquierdo,
y acierto una vez más,
no me caigo,
no me ahogo,
y poco a poco voy fluyendo
hacia la normalidad...
vuestra normalidad,
donde es normal la envidia,
los complejos, las pistolas,
el desprecio, la humillación,
el victorioso, el perdedor...
Esa normalidad
donde pensar es pecado
y el que piensa y duda
es un pobre desquiciado. |