Compadre dicen que en su casa, casi a diario hay un entierro, el compadre, se rascó la cabeza en actitud pensativa, le daba vueltas al asunto ¿Cómo era posible lo del entierro si no había ningún difunto?
- ¿Por qué no me habla derecho?, no me gustan las adivinanzas -dijo molesto el compadre.
Todos soltaron la carcajada y aquello le prendió el orgullo, ordenó una botella de mezcal y se retiró del establecimiento, montó en su caballo nomás pensaba y pensaba dándole vueltas al asunto, lo acompañaba su perro, ¿Cómo era posible lo de aquel entierro?, le volvió a dar un trago al mezcal recordaba que aquello era bueno pa apaciguar el alma.
Se fue rumbo al cerro, pero encontró que sus vacas se habían mamado, por andar en el trago y tan distraído, se olvidó de cerrar el corral de los becerros, entonces tuvo que regresar a su casa, con aquella burla atravesada, y la botella de mezcal como compañera en su incertidumbre.
Entró a su casa por la puerta de atrás y en su cama encontró a su mujer y a su compadre, ella estaba abajo el arriba, cegado por el coraje y ante la sorpresa el compadre nomás se arrejoló contra la pared, le cortó los dos al bato y al perro le quito el hambre, y le dijo a su mujer:
- ¡Es todo tuyo el compadre!
Se fue rumbo al cerro con el perro por compañero y debajo de un árbol le dijo al animal.
- Tú eres mi único amigo –mientras se le salían tremendas lágrimas.
La respuesta del perro fue un –aiññg mientras se relamía el hocico.
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