Será cosa de hace dos años que la ciudad se comenzó a infectar con esta plaga. La mochila con tirantes, que acorde a la poco imaginativa denominación sajona, y con su connotación imperial se conoce e impone en el vapuleado lenguaje popular como "back-pack" como ha sucedido con terminajos como ipod. lap top, o el colmo, "six" para nombrar al empaque de media docena de latas de cerveza. Pero bueno, no interesa denunciar las deformacionaes del lenguaje, sino la invasión de esa malhabida plaga.
Y si el lector tiene necesidad de emplear el transporte público, quizás se haya percatado de la existencia de esa arma que sirve para ocupar un espacio mayor al destinado al pasajero en los reducidos reductos del transporte. Esta situacióin empeora cuando, como sucede aquí, el transporte está diseñado en el extranjero, considerando una talla promedio más pequeña que los habitantes de esta ciudad, calificada como la primera a nivel mundial en número de obesos. Y bueno, entra uno al atiborrado vagón y enfrente y a espaldas tiene que soportar los malditos back-pack. Si fuera el caso que estos artefactos sirvieran de porta libros y útiles de los estudiantes, pues bueno se podría perdonar. Pero no, los chicos y jóvenes, que los hay, no son un problema, porque son pocos y por cuestión de edad todavía no cerdos de engorda. Pero en cambio, empleados de todos niveles, desempleados, amas de casa, secretarias, obreros, y presuntos delincuentes, con el puñetero costal a espaldas, pegando guamazos a diestra y siniestra. Y resulta que buscando una explicación a este fenómeno quise suponer que debido a la pobreza endémica del país, muchos backpaquetros cargarían alimentos, porque no tienen posibilidades económicas para pagar diaiamente una comida en un restaurante o tasca. Pues vale, y qué más, qué más pueden llevar? Resultado de la investigación:Grupo mujeres: toallas sanitarias
( una nueva y dos o tres usadas) jabón, trapo, papel higienico. Y bueno ya que las exigencias de la presentación obligan, agréguese un par de zapatos de tacón en caso de las mujeres para cambiarse las alpargatas, y como mujer que trabaja siempre carga un sentimiento de culpa, un retrato de los hijos, porque en este país no hay mujer que no sea madre, podrá ser soltera, casada, divorciada, lesbiana, esteril, santa o puta, pero todas son madres. Y tambien un cuadro con la virgencita y otro del papa santo. Y el ineludible bolso de cosméticos, cepillo para el cabello, cuchara para enchinarse las pestañas, unas pantaletas para cambiarse las que han ensuciado, unas medias -si es que las usan, porque parece prenda en desuso y al contrario, la exhibición de várices, celulitis y moretones parece ser la moda. Y si, unas pinzas de depilar apresuradamente el bigote.
Claro que junto con lo anterior va la comida: un kilo de tortillas, un "toper" con chiles, otro con frijoles, otro con..bueno cualquier fritanga con mucha cebolla, como puede ser un sope, quesadilla o pambazo.
Pero los hombres, qué carajo cargarán? No crea el lector que la lista es más amplia que la anterior, y es que no tienen más que cargar que lla torta de huevo podrido con cebolla, y qué más? pues nada mil y una mierdas que les da identidad y sobre todo un arma para joder al prójimo, es decir aquellos que como un servidor piensa, como el gran filósofo güemez que en la vida no existe crudo que no sea humilde y pendejo sin portafalios ( léase back pack) y por eso anda sin nada en las manos y menos colgando de la espalda.
Por eso amable lector, lo invito a que enumere lo que en su caso supone o sabe cargan dichos artefactos, aparte de mierdas y más mierdas inútiles, y segundo se una a una cruzada para exterminar a estos invasores imperiales, como lo hice yo en mi investigación, !a punta de navajazos! |