Maldito sueño! Por más que intento desperezarme y estirar mi cuerpo hasta límites a los que no le tengo acostumbrado, mi cabeza se empeña en seguir embotada y mantenerme en un estado aletargado que apenas me permite mantener conversaciones triviales con la gente que tengo alrededor.
Según mi mente va despertando poco a poco y es consciente de que un nuevo día comienza, empiezo a atisbar retazos de mis primeros momentos junto a ti, esta misma mañana. Estabas muy dormida y preciosa como siempre. Eres tan bella cuando duermes que, todos los días, en mi despertar me cuesta discernir los sueños aún recientes de la realidad y al mirarte me creo que aún estoy sumergido en fantásticos lugares plagados de maravillas y perfecciones.
Entonces poco a poco me doy cuenta de que estoy en este mundo y tú estás junto a mí y en ese preciso instante empiezo a hacer realidad mis maravillas y perfecciones que se conjugan todas en ti.
Maldito sueño! Hoy debo intentar dormir algunas horas más que de costumbre, para combatir este estado que tanta pereza me cuesta padecer.
Maldita formación! Por más que intento poner mi mente en orden para alinear ideas e intentar impartirlas entre mis oyentes, existe una voz en mi interior que me grita constantemente y no me permite concentrarme en esta labor. Esto hace que manifieste mis reproches profesionales a la audiencia que tengo sentada enfrente y que me miran con los ojos abiertos, intentando extraer hasta el último gramo de conocimiento de estas palabras que les dirijo.
Y sus oidos y sus mentes están en constante estado de alerta ante cualquier gesto o cambio brusco en mi declamación. Y una vez finiquitada la dichosa formación, no dejo de sentir ese sabor amargo que hace que piense que no he hecho lo suficiente por compartir esos conocimientos que tan poco me costó adquirir y que me parecen un juego trivial a día de hoy. Conocimientos que la audiencia de hoy utilizará para extraer grandes sumas de dinero de aquellos incautos que queden atrapados bajo sus redes comerciales.
Pero me doy por satisfecho porque aún con la amargura de no haber sabido enseñar, me queda el consuelo de haber aprendido a no utilizar nunca estas malévolas y subrepticias artes, que tan cotidianas son hoy en día y que no permite a las personas realizarse, en aras de formarse un estupendo y enloquecedor futuro profesional. Maldita formación!
Bendita rutina! Por más que intento imaginarme un solo día sin verte no consigo atisbar la desdicha o desgracia en que me podría sumir si sucediera. Es por ello que me hace tan feliz esta rutina en que se ha convertido el hecho de verte.
Normalmente el resto de personas considera que la palabra rutina tiene connotaciones negativas, y se trata de sucesos que acontecen una y otra vez, uno detrás de otro, y son constantemente repetidos. Y esto en verdad es así, pero el negativismo de ello consiste en que los hechos que acontecen no son de nuestro agrado y por ello no q ueremos vivir en una rutina.
Mi visión consiste en que mi rutina es verte. Lo que más me gusta de este mundo es saber que existes, y verte y compartir contigo todos los momentos posibles. Y si puedo concebir que esto algún día no fuera así, mi mente se empeña en cerrarse y en no ser más mente. Se vuelve transparente y parece que todo son novedades alrededor, hasta que consigue tranquilizarse y me muestra el mundo tal como es. Rutina, de verte. Y en esta rutina de verte me quiero quedar para siempre.
Y así poder hablar contigo siempre de todas aquellas cosas que tanto nos gusta hacer y que vamos convirtiendo en nuestra rutina porque entendemos que recorrer la senda, es rutina, y llegar al final es novedad.
Y en esta rutina te amo. Bendita rutina!
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