Hola mundo,

He estado pensando. He pensado un buen rato sobre cosas generales y ninguna en particular. Me he detenido en alguna de ellas y no he conseguido extraer demasiados razonamientos váidos.

Así, manejando pensamientos que no me satisfacían y no me llevaban a lugar alguno en el que quisiera estar, me he detenido. Y he cambiado los pensamientos por las preguntas.

Me pregunto porqué nadie me dijo nunca que debiera consensuar mis sentimientos. Nadie me dijo nunca que no podía hacer libremente lo que sentía. Me inculcaron muchas patrañas sin quererlo. Corrían tiempos en que dejarse llevar más que opción era el único camino de la supervivencia. Y aprendí muchas cosas, demasiadas, que aún hoy intento ir dejando por el camino. Me han acompañado durante mucho tiempo, como para no haberme dado cuenta de que eran una pesada carga que no me dejaba actuar y que hacían mi avance más lento.

Nunca me enseñaron a no querer. A odiar. A no sonreir. A no maravillarme. Y sobre todo, nunca me dijeron que dejara de sentir.

Por eso, soy así. Siento lo que soy. Siento lo que hago. Y a través de esta actitud he llegado a poner el sentimiento en todas y cada una de mis acciones o inacciones.

Y solo así, sintiendo y no pensando es como he llegado a enamorarme completa y perdidamente. Y me he sentido ligero, sin carga alguna sobre mis espaldas y sin asechanzas que pudieran hacerme retroceder.

Siempre avanzando, sin cargas, hacia delante siempre, es como he llegado a la conclusión de que pienso al sentir y siento que pensar mis sentimientos no me dejan sentir lo que pienso.