En invierno quiero estar a tu lado. Quiero ver nevar y quiero ver llover. Y quiero que cuando venga el crudo frío, te pueda tener cerca y pueda abrazarte para intentar que tus orejitas sigan calentitas. Quiero asomarme contigo a la ventana y quiero dibujarte corazones en el vaho de los cristales. Quiero mirar hacia fuera y que me cuentes historias fantásticas y también quiero que me cuentes tus cosas cotidianas. Quiero que, mirando por esa ventana, me hagas partícipe de tus miedos y tus preocupaciones, de tus alegrías y de tus sonrisas. Y que me digas todas esas cosas que siempre quise oir y que nadie quiso, ni se atrevió a decirme. Y si un día, en pleno invierno nos sorprende la noche mirando por la ventana, quiero que te quedes a mi lado, y que abrazados veamos las estrellas y esperemos que nos sorprenda un nuevo día. Y al llegar un nuevo día quiero pasarlo completo a tu lado. Y salir a la calle y jugar con la nieve, y pisotear los charcos de agua, y ampararnos bajo el mismo paraguas. Y al volver a nuestra ventana quiero verte sonreir. Y con esa sonrisa podré dormir un momento. Al despertar será de nuevo invierno y volveré a buscar tu sonrisa entre la lluvia y la nieve.

En primavera quiero estar a tu lado. Quiero ver los campos y las flores. Quiero contemplar contigo las espigas doradas y los verdes prados. Quiero ver mariposas a tu alrededor y que los colores que emitan sean el aura que siempre te cuide. Quiero asomarme a la ventana contigo y quiero que me cuentes porqué crecen las plantas. Que me hagas partícipe de tus ilusiones y de tus sueños. Quiero robarte un beso con cada nueva flor que veamos aparecer. Y si un día en plena primavera nos sorprende la noche mirando por la ventana, quiero que las luciérnagas jueguen a tu alrededor formando tu nombre y que todos los olores y ruidos que emanan del campo, lleguen a tus oidos como un murmullo de agua cristalina. Y quiero que abrazados contemplemos el cielo y esperemos que nos sorprenda un nuevo día. Y al llegar ese nuevo día quiero pasarlo completo a tu lado. Y salir a la calle, y hacerte una corona de flores, y que tus pies jueguen con la hierba fresca y hacerte un ramo de rosas para robarte una sonrisa. Y al volver a nuestra ventana quiero verte sonreir. Y con esa sonrisa podré dormir un momento. Al despertar será de nuevo primavera y volveré a buscar tu sonrisas entre los prados y las flores.

En verano quiero estar a tu lado. Quiero ver el sol y el mar. Quiero asomarme a la ventana contigo, mirando al mar quiero imaginar contigo historias universales sobre barcos y galeones. Sobre piratas y princesas caribeñas. Y quiero que me hables de las sirenas y de los dioses del mar. Y que me expliques la belleza que se esconde bajo el agua. Que me hagas partícipe de lo que te maravilla y de aquello que te sorprende. Y si un día, en pleno verano nos sorprende la noche mirando por la ventana, quiero tenerte cerca para ver atardecer, y mientras el cielo adquiere tonos de sangre y fuego quiero mirar al sol para descubrir que su brillo no es más que una mera imitación del de tus ojos. Y quiero que abrazados esperemos un nuevo día. Y al llegar un nuevo día quiero pasarlo completo a tu lado. Y salir a la calle, y zambullirnos en el mar, y jugar con la arena de la playa. Y quiero hacerte un collar de conchas y una corona de algas. Y al volver a nuestra ventana quiero verte sonreir. Y con esa sonrisa podré dormir un momento. Al despertar será de nuevo verano y volveré a buscar tu sonrisa entre atardeceres y la espuma del mar.







En otoño quiero estar a tu lado. Quiero ver las hojas caer y quiero sentir los vientos del oeste. Y cuando el viento sople duro y silbe, quiero abrazarte, allí, en nuestra ventana, para taparte los oidos y darte mil besos, sabiendo y conociendo que todo está bien. Y al asomarnos quiero ver un bosque eterno. Y quiero que me cuentes historias de enanos increibles que viven en arboles gigantescos. Y contemplar las curiosas formas del musgo sobre las piedras húmedas. Y que los colores de las hojas al caer y mezclarse, formen la paleta perfecta para que puedas pintarme cómo ves el mundo y cuáles son tus anhelos. Y si un día, en pleno otoño nos sorprende la noche mirando por la ventana, quiero que te quedes a mi lado, y que abrazados oigamos el ulular del viento, y que veamos el titilar de las velas en las otras casas y que nos sorprenda un nuevo día. Y al llegar un nuevo día quiero pasarlo completo a tu lado. Y salir al bosque y buscarte entre los árboles y descubrir mil formas escondidas en las ramas. Y hacerte una cama de hojas para que puedas dejarte caer sin miedo a lastimarte. Y al volver a nuestra ventana quiero verte sonreir. Y con esa sonrisa podré dormir un momento. Al despertar será de nuevo otoño y volveré a buscar tu sonrisa entre los árboles y las hojas.

Siempre quiero estar a tu lado. Y quiero que cuando nos apartemos de nuestra ventana, miremos hacia el interior. Y quiero descubrir, sonrisas puras y sinceras. Risas infantiles que solo un niño puede emitir. Y quiero miraros y unir vuestras sonrisas y así vivir para siempre.