Henry Lerner’s Big Show Presents
Bailando sobre cristales
“Del miedo al amor. El juramento”
Hola mundo,
Me he enamorado ! El amor me posee. Vivo, respiro y me muevo por amor. No es algo pasajero ni se trata de un capricho momentaneo. Sé que me he enamorado. Ya sebéis lo que esto significa por lo que os ruego vuestra mayor indulgencia para el que sucribe, si en algún momento percibís que mis palabras no reflejan con exactitud el devenir de mis ideas. Me he enamorado !
Me he enamorado ! Espero no haberos decepcionado. No lo he podido evitar. Me he enamorado. Y me he enamorado yo solito. Sin presiones, sin elucubrar, solo sintiendo. Me he dejado llevar y ahora no pasa un momento en que mi pensamiento vague cerca de otra persona que no soy yo.
Juré, perjuré y volví a encomendarme a todos aquellos momentos de mi vida en los que el amor se me escapó. Nunca volveré a amar. Es tal el dolor y muerte que puedo llegar a provocar que prefiero olvidarme de mi capacidad de amar. Nunca he sabido amar a medias. Nunca he entendido que pudiera existir el amor con condiciones. Nunca he jugado al amor. El amor es para vivirlo. Nunca he engañado a mi corazón. Siempre he buscado ese estado de paz y tranquilidad que en estos días inciertos es tan difícil de encontrar. Y siendo fiel a mi juramento me encontraba tan tranquilo y dichoso en mi acostumbrado y sempiterno estado de embriagez aletargada.
Me encontraba en el rincón más tranquilo, apacible y cómodo de nuestra querida y amada Villa Letargo. Nunca había estado tan contento de mi situación actual. Nunca había alejado tanto de mí mis propios demonios. Nunca había dormido tan plácidamente como en estos últimos tiempos. Estaba en paz con el mundo y con todos los planetas. Era tal el estado de placidez que me podia permitir el lujo constante de la ubicuidad de corazón. A mi alrededor flotaba esa tenue luz que siempre me acompaña y que tanto bien hace a mi alrededor. Las sonrisas y felicidad que he provocado en derredor eran todas aquellas que perdí hace mucho tiempo y que con paciencia y esmero he llegado a recuperar. ¿Era feliz ? No, obviamente. Ese estado de felicidad plena al que renuncié hace tiempo, quedó atrás hace mucho tiempo. No era feliz, pero estaba tranquilo y dispuesto. Y es la única vez en mi vida que estando tan dormido, tan tranquilo y tan lejos, estaba vivo. Me sentía extraño
He conocido una mujer. Es pura. Es sincera. Es todo lo que quiero ver en otra persona. Tiene la sonrisa que siempre he buscado. No hay un solo movimiento o gesto de su rostro que quiera perderme. Cada respiración suya me llena el corazón de poesía. Cada parpadeo suyo hace que mi deseo se incendie hasta consumirme. Cada abrazo es eterno. Cada beso me eleva al más alto de los cielos existentes. Cada roce de su mano me provoca toda la tranquilidad que siempre quise tener y nunca supe encontrar. Cada palabra suya es un poema. Cuando duerme todo se para. El resto del mundo gira a su alrededor. Desprende un aroma que me hace recordar el embate de las olas contra las rocas, la fina lluvia sobre la hierba. El sol de otoño. El amanecer de primavera. Un solo movimiento imperceptible e inconsciente de su cuerpo me provoca terremotos de escalas inimaginables.
Es la persona más bonita que nunca he conocido. Como buscador insaciable de colores y sonrisas he de confesar que siento que he llegado al final de mi camino. No solo contiene todos aquellos colores que siempre he querido contemplar sino que cuando es necesario crea nuevos colores o los combina de tal manera, que son los que se necesitan para ese preciso momento.
Es en definitiva, una mujer, que mostrándose tal como es ha hecho que tomara esta decisión. He roto mi juramento. Y lo hago por voluntad propia. Y para que nadie se lleve a engaños o intepretaciones, proclamo que soy totalmente consciente de porqué lo hago y de las consecuencias de tal decisión. Soy el único responsable de esta decisión y así lo asumo.
Bienvenido, Henry Lerner ! Ya estabas por aquí deambulando y parloteando pero ahora te ofrezco el mundo en toda su extensión. Quiero que seas feliz. Que vivas tal y como crees que realmente debes hacerlo. Eres libre, por fin ! Después de tanto tiempo puedes vivir el amor, o al menos intentarlo.
Henry Lerner busca y encuentra su sombrero de sonreir y con un humilde gesto, lo balancea para inmediatamente realizar su acostumbrada reverencia hacia todas aquellas personas que en algún momento sufrieron y se lastimaron buscando ese preciado don que todos levamos dentro y que algunos ni siquiera se han molestado en buscar. Henry Lerner vuelve a vivir por amor.
Me he enamorado….
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