En veces parece como que quieres llegar, pero siempre sigues el camino sin rumbo fijo; hace unos meses jugabas a comerte las grajeas de sabores misteriosos en el callejón Diagon, brillabas tan natural. Después resultó que te perdiste en esos laberintos de la vida, que te llevan derecho pero terminas en la izquierda, te regresas, pero apareces al final, en fin, senderos sin señalamientos.
Unos días atrás te disfrazabas de Horacio, textualmente caminabas sus pasos y seguías sin rumbo, danzante libertino en la Revo; hablaría de ti, pero ya no se quién eres te recuerdo, pero en eso te has convertido, dulce memoria tapizada de posibilidades. Una vez intenté como Florentino pero terminé como Fermina; es cierto que puedo ser divertido, pero nunca juguete de nadie.
Los sentidos y emociones causan estragos en la epidermis, como tatuajes de tinta óseos, anorexia nerviosa por necesidad y no por placer. Ayer me dijeron loco, me vi en el espejo y se reflejaba La Maga, si fuera mujer sería La Maga con una pizca de Melisa P, extravagante y puta.
Pero soy hombre, así que simplemente extravagante, lo demás queda a su criterio. Hoy simplemente soy, mañana, no sé, pensé tal vez Monterrey, pero eso ya es tarea del universo y sus ríos eventuales.
Ayer, Benedetti me susurró en el oído izquierdo: “Estoy solo como una estatua destruida, como un muelle sin olas, como una simple cosa…”, le respondí sencillamente que en estos momentos no estaba de humor, que la soledad es buena compañía, que todo pasa por algo, que tiempo al tiempo, que la Luna y que el destino; debo confesar, terminé como dijo, una simple cosa, objeto en el rincón.
Pero me descubrí útil y necesario, más por mí que por el recuerdo, de ves en cuando me despierto en la madrugada, a las 2:32, no vaya a ser que pases por la calle y te corras de largo. Ya ves, eso de los caminos, nunca lo entiendo, pero hay que seguirlos recorriendo, mientras, seguiré peregrino, jugando al amor y acostándome con mis demonios.
((GARM)) |