Con la cadencia en la mano y el tiempo que se va la felicidad no hace nido en mis entrañas. Con la suciedad de un beso y la sangre derramada la noche es una caída sin fin. Te fuiste diluyendo como un cariño vano desapareciste luego y ahora me tienes aquí. Entre botellas vacías con la cordura escapando entre manos que me dejan cicatrices color rubí. Con la cadencia encendida y la necesidad de adviento con una mano en el pecho y el corazón sin ti.
Texto agregado el 08-10-2008, y leído por 127 visitantes. (3 votos)