Percibo la exasperación de mis manos, esa angustia que consume el cuerpo sin piedad, y noto que sólo es por su llamada. Mis sentidos se adormecen por la espera, mis ojos tratan de destruir el aparato que sonara en cualquier momento.
Esta allí inerte, posado sobre la mesa, tan rectángulo, comunicativo, estúpido y dependiente. Tal vez es la única cosa que aun no me abandona, pero es como si no estuviera, esta allí pero la espero, inerte, estúpido. Mi vida depende de la vibración y el monótono sonido que expone.
No vibra no suena...
Claudia tiene mi vida entre sus manos, entre números... y se que me tortura con la espera. Cruel y Mafiosa tiene el control, tiene saldo...
No aguanto mas, voy a destruir ese celular.
Lo agarro y lo tiro fuertemente al suelo, se destruye alguna de sus partes, lo pateo y salto sobre el. Esta completamente destruido. Me siento liberado, feliz y completo. Tiro sus resto a la basura.
Doy media vuelta y suena.
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