Tus manos de hombre que me acarician con la dulzura de un niño, descubriendo terrenos amplios en dónde jugar sin ser reprimido, tus ojos me dibujan transparente, temeroso de alguna desaparición instantánea.
Trato de inventarme cada día nuevos métodos para enseñarte un camino limpio, seguro y lleno de magia, un lugar en dónde transitarlo poco a poco con la seguridad de que siempre estará mi mano resguardada por la tuya.

Como la humedad, recorres todo mi cuerpo, mojándome con tus brazos, impregnando mis pensamientos de ti, estableciéndote firme y seguro de conquistar nuevos terrenos. El silencio misterioso que guarda tu boca cuando callas me inquieta, me provoca; entonces corro y lo despierto con mis labios entregándote más y más de mi.

Y me impresiona como tu simple recuerdo me pone a temblar, y como un animal enjaulado, doy vueltas y vueltas esperando que pase el tiempo para volvernos a encontrar, y me siento fuerte cuando camino hacia ti y vulnerable cuando nuestros ojos se conectan, y quiero comerme al mundo de tu mano y gritarles y….. simplemente mostrarles lo fuerte que somos al exponer nuestros corazones.

Con miedo y pasos lentos te voy dejando entrar, para que con tus manos construyas una fortaleza en estos terrenos amplios; y si bien es cierto que una vez juré no volver a mostrarme débil ante el amor, lograste quebrar de un solo golpe mi barrera emocional, bienvenido.



((GARM))