Detesto tenerte cerca después de discutir por horas. Mirarte a la cara y no tener fuerzas para decirte quédate no te vayas mas. Pero puedo más mi orgullo que lo que te pueda extrañar. Esa es una cruda realidad.
Texto agregado el 08-10-2008, y leído por 131 visitantes. (3 votos)