SI PIDIERAS MIL MÁS…


Oye muñeca, sabes, el amor es un faro
que te atrae a sus playas de duende y de poesía,
la pasión es un fuego que hace mágico al tiempo
y es eterna la llama que consume sus días.
Cada vez que te escribo y que desando
las tierras que separan nuestros mares
tan solo por saber que tú me lees,
que llego hasta tu piel con mis palabras,
brota en mi corazón tanta dulzura
que es camino de azúcar la distancia.
Oye muchacha, es mi intención decirte
que el sentimiento bordado en estas letras
es canción en mi ser, que tu hermosura
en mi humilde papel ha derramado.
En ti respira mi horizonte de belleza,
llevas oculto el hechizo que me prenda,
es mi condena vivir en este mundo
eternamente cautivo de esa esencia.
Me ha nacido este poema y te lo entrego,
si pidieras mil más, te los daría;
todo el tiempo creímos que era un juego,
no imaginamos que su fuego quemaría.
Tú sabes, las palabras son eternas
si la pluma presume de poeta,
yo nunca diré nunca y hoy me nace
decirte que tu luz es mi equipaje.
Quiero ser centinela en tus esquinas
y protegerte de todos tus cadalsos,
quitar de tu camino las espinas
que lastiman tus niños pies descalzos.
Oye muñeca, me encantan tus caricias
y sé también que gozas con las mías,
al amparo del cariño que nos une
ya no habrá soledad ni noches frías.
Si pudiera mi mano con su vuelo
devolverle el candor a tu mirada,
aunque fuese a costa de mi suerte,
por el sueño de verla deslumbrada
es mi ruego que pueda iluminarte
el milagro de amar y ser amada.
Media docena de veces yo te he escrito,
medio millar quizás pudiera hacerlo,
cada vez que me miro en el espejo,
él dibuja a mi lado tu reflejo.
Porque me ahoga pensar en el olvido
y quiero ser ese barco a la deriva
que navega las aguas de tu río
permíteme otra vez que yo te escriba.
Jamás me marcharé, ya soy contigo,
prendado de tu playa hago poesía,
quemándome en tu sol , ya ves, se inspiran
los versos más sentidos de mi vida.



Para ti.