-Mira , mamá -dice el niño Fernando- una mariposa celeste.
- Cuando yo era niña las había de muchos colores-recuerda su madre- habían blancas , celestes algo más oscuras que estas, habían unas amarillas que parecían dedalitos de oro posados en las flores y al volar eran como una moneda lanzada hacia el sol.
También habían de dos colores , negras y rojas y esas eran muy abundantes .
-¿qué pasa , mamá ?- pregunta el niño fijando sus ojos azules en el rostro materno- te pusiste triste.
- es que en algun momento la gente empezó a ponerse floja . Ya no tenía tiempo para arrancar la mala hierba a mano , empezó a buscar el camino fácil y aparecieron los pesticidas ...para eliminar los insectos dañinos y la mala hierba.
Lo malo es que los pesticidas no distinguían entre las buenas plantas y la maleza , entre los insectos dañinos y los insectos u`tiles, por así decirlo.
Ya no hay mariposas amarillas en los jardines, el musgo se ha vuelto más dèbil y las chinitas y los grillos que eran nuestros compañeros habituales fueron muriendo.
No volverán los días cuando los niños atesorabamos vivas las arañas pollito y enserrabamos un grillito para oirlo cantar por las noches desde su jaulita...
-¿PERO, PORQUÉE?
-porque el hombre es el depredador más cruel de la naturaleza, hijo...asesina los ayeres, asesina los sueños y destruye eso que la madre naturaleza creó con tanto amor.
Niños, cuiden las pocas mariposas que aún vuelan en las palzas y los jardines, protejan a los grillos y a las lombrices ...no corten las flores ni destruyan los nidos de los pàjaros ...no destruyan hoy porque de lo contrario como sus padres y abuelos destruyeron ayeres , ustedes estarán destruyendo el futuro.