Para tu presencia que un día fue mi compañía, para tu confianza que alguna vez fue mía, para tus besos de los que una vez fui blanco, para la sonrisa que una vez me regalaste.
Para tus brazos, que alguna vez me abrazaron, para vos, que nunca fuiste mío.
Ojala estos sean los últimos vestigios de mi amor por tu presencia... de mi añoranza por tu compañía... de mis lágrimas por tu ausencia.
Ojala esta sea la última noche en que deje de ansiar los besos que nunca volvieron y que sólo tristes fueron, la ilusión que me mantenía, así tan cerca de tu boca, aunque casi sin llegar.
Ojala esta sea el fin de mi historia, la que siempre quise contar, la que nunca llegue a vivir, la que nunca me animé a decir... la que indirectamente mencioné, sin que tu respuesta lograra oír.
Quizá hoy deje de tejer aquella historia que sola inventé, que sola empecé a sentir cuando con tu mirada me encontré, que siguió cuando tu sonrisa presencié, y tus palabras escuché.
Ojala hoy deje de llorar por el amor que nunca fue, y que quizás, hasta mañana sentiré.
Quizá solo me quede el recuerdo de una historia que a kilómetros me animé a pedir, y que quizá fue tanta mi esperanza que se desvaneció antes que mi sentir.
Ojala mis lágrimas chiquilinas, hoy dejen de rodar por mi sonrisa inventada, tras una noche de mucho pesar.
Para vos… que nunca fuiste mío.
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