Siendo que el mundo cambia tan bruscamente y a sabiendas que esto se debe a fuerzas que escapan a nuestra razón, anacrónicas en contexto es lo que no se quisiera ser, lo que hoy es este mundo moderno o esta baratija que nos han vendido en calidad de los tiempos modernos. En conocimiento de mi especie alego, somos el producto de nuestro ego, inflado he inflamado en glorias de absurdo contenido, puesto que no solo las he visto, sino también las he sentido y no soy oveja de otro rebaño, simplemente me aburrí de mi contenido y así quede desnudo a sentir lejos de aquellos y la primera sensación es de vació, de que no se posee nada si se abandonan las ambiciones, de que no soy digno a los premios que esta vida da, y el tiempo va pasando y las esencias vuelven, el mundo se aprecia de distinta manera, y así quisiera que los ojos de mi semilla vieran, pero no se puede cambiar los rumbos de otros, hay que dejar que el tramposo destino forje.
Y que es el destino, más que una trampa de versos en boca, un alegato al presente que se nos va de las manos, una forma sutil de decir espero. Cuando los años se desenvuelven de forma tan rápida y esquemática, es decir, que nada cambia porque no estamos acostumbrados a cambiar y solo nos quedamos con esa parte que se nos ofreció, este mundo, tan pequeño y tan caro. Sonreír se difícil y hasta las lagrimas cuesta justificarlas las emociones no se han vuelto mas que otra oferta a la demanda de nuestras rutinas. Todo avanza tan rápido que hasta la memoria se desfigura ya no recordamos el porque de nuestra estadía en estos lares del universo porqué este montón de palabras se suceden unas tras otras si en definitiva no dicen mas de lo que otro ya halla dicho, les explico porque, son necesarias para comprender la naturaleza al menos de un individuo para poder definirse entre tantos iguales. Y al suspiro más hondo doy la bienvenida a los confines de mi boca puesto que este trae augurios de nuevas semillas para la tierra en la que habito. Estoy viendo los cambios, las demás bocas a mi alrededor están sonriendo, saben de los nuevos tiempos de que el mundo esta cambiando. Y no es el fin sino un nuevo principio aires nuevos se ven en los senderos del horizonte, se siente el olor a flores que viene tras la tormenta. Y pensar que se me hacia tan difícil escribir y hoy estas manos creen saber de lo que hablo y si bien en algún momento puedo engañarlas, son ellas quien corrigen los momentos en que flaqueo.
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