Siete años de matrimonio, aburrido y sin ilusiones, terminó el encantamiento hace rato, uno no debiera casarse nunca. Son los hijos quienes sustentan una relación. por eso hay matrimonios que celebran infinidad de años. Perdí la esperanza de perpetuar mis nombres y apellidos en un bebé crespito como yo, como mí padre. Y que aprenda mí profesión para que trabaje conmigo y vaya integrando las nuevas tecnologías que vendrán cuando yo esté envejeciendo. Necesito un cambio, necesito un hijo.
Es difícil hasta pensarlo, si hasta ahora nada ha pasado. Me carga el fin de semana,no me gusta estar solos en la casa, mirándonos sin vernos, sin saber de que hablar, para más ni siquiera puedo dormir siesta, no tengo costumbre.
Esta tarde de sábado iré a ver jugar futbol a la cancha del sector, para acortar la tarde, después con los conocidos , seguros que nos beberemos algunas cervezas para celebrar o como consuelo. Mí mujer, la Luisa, como todos los sábados irá a visitar la Gruta de los Milagros,a lo mejor va a orar porque se arregle nuestro dehilado vivir, falta que nos hace. Llegará tarde. De todas maneras, a pesar de todo, aún queda la esperanza de que tengamos un hijo, lo que sería una bendición.
Parece que las preces de Luisa fueron escuchadas. Y le resultó el milagro a la Luisa. Me dijo que está esperando un hijo,tiene tres meses y no me lo había dicho hasta tener la seguridad. Pobre mujer, con tantas decepciones anteriores y el miedo que yo la abandonara, a lo mejor, cosa que nunca he pensado. Y yo tan descreído que soy. Estoy contento, hasta cariñoso me he puesto.
-Luisita, el sábado te acompaño a dar las gracias.
-"Estay" loco o que.
Dicen que las embarazadas se ponen caprichosas. No importa, la seguiré cuidando, que mí crespito llegue bien.
- Luisita, llevo velas, flores o dinero para la alcancía Tú sabes mejor que ofreciste.
--Nada, nada, no te preocupes. Este hijo es mío, es mi milagro, aparte de que el sábado no voy a estar aquí.
Luisa lo dijo pensando en lo acordado para el viernes temprano con Arnaldo su nuevo amor.
Si , son caprichosas y antojadizas las embarazadas. Y reía iluminado. |