Feliz y radiante entra la novia
en la iglesia, ataviada con sus mejores galas
para tan hermosa ocasión.
Un novio vestido de frac, la espera
delante de un altar con luces resplandecientes,
el cura que dará su bendición listo está.
En el rostro de los invitados todo es felicidad,
nadie dice nada, nadie quiere
reconocer la verdad.
Para ella es la primera vez, para él la cuarta,
nadie quiere reconocer,
nadie quiere saber.
El calvario que alguna vivió, pero,
donde están, esas otras novias,
que junto a él felices creían ser.
Desde la puerta alguien mira
a la feliz pareja,
con ojos de pena y profunda tristeza.
Ella había sido novia,
esposa, mujer, y………
maltratada por ese hombre.
De hermosa sonrisa, que al serrar la puerta
se transformaba en un demonio,
que sin saber porque la atacaba.
La anulaba como persona,
la hacia sentir culpable sin serlo,
después era ella quien pedía perdón por el golpe recibido.
Que podía hacer, solo mirar y
rezar, esperar que esa novia,
no fuese vejada hasta el horror como ella.
Se sentía culpable del destino de quien ni siquiera conocía,
estaba aun débil para enfrentarse a él,
su verdugo, su amor de horrores.
Antes de que el cura les declarara marido y mujer,
ella estaba frente a ellos, sin saber como,
algo más fuerte que ella, la movió hasta el altar.
No podía gesticular palabras, tan solo lágrimas de sangre
rodaban por sus mejillas blancas, pálida,
con miedo en el alma,
él al verla, grito, insulto, vocifero,
y la piel de cordero se le cayo,
para dejar ver al lobo feroz.
Que una vez a ella la devoro
*.N.N.*
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