encarnada estaba el cielo de la vida cuando dos niños se hicieron de alas navegando hacia tus brazos... lo esperabas también yo... uno tocó mis manos haciéndome feliz otro tocó tu alma robándote el corazón debo ser sincero en esta noche al menos en que los niños se alejan a la sombra de una noche llena de música y paz... soy hijo del amor y canto y encanto cuando puedo amarte en este silencio mientras lees esta sonata de paz... mas y mas música para el alma bailando los seres humanos mirándose los ojos los unos a los otros sintiendo que todo es tan perfecto cuando en la noche nace una estrella alojado en cada uno de tus ojos... san isidro, octubre de 2008
Texto agregado el 05-10-2008, y leído por 210 visitantes. (3 votos)