Hoy despido a un hermano de la manada. Fuente de inspiración y de consejos, de buenas vibras y momentos. La vida me permitió conocerlo hace ya más de doce años, un joven lleno de espíritu noble. Te hiciste querer y en una última despedida, acompañamos tu cuerpo a que se reúna con el de aquellos que se fueron antes.

Fuiste un ángel, un guerrero, un lobo y lo más importante un ser humano. Me duele no haber estado contigo más tiempo, o haber compartido otra noche de tertulia de temas poco importantes. Conocerte me hizo siempre sentir que habían buenas personas en el planeta, tu recuerdo será la promesa de siempre esforzarme por seguir creyendo que la nobleza, la sinceridad y el bien de las otras personas son pináculos para un mejor mañana.

Descansa ahora hermano lobo, hoy tu manada te llora, pero es por el calor que nos diste en nuestros corazones, ese calor que te mantendrá junto a nosotros hasta que te acompañemos en el viaje eterno. Cuida de nosotros desde el puesto que de fijo ocupas en el cielo.

Te quiero por siempre!