Ojala no existiesen los recuerdos... ojala alguien se robara los hechos después, justo después de ocurridos.
Ojala el corazón no enmarcara momentos, ni el alma atesorara vivencias.
Ojala los labios no guardaran sabores, ni recordaran besos...
Ojala las manos no desearan repasar las caricias regaladas.
Ojala los aromas no transportaran... ojala el caminar no fuese una acto aprendido.
Ojala la vida se vaciara de recuerdos!
Y cada día nos sorprendiera con encuentros, y cada encuentro sería el primero, y al siguiente amanecer se vaciara por completo la memoria del ayer.
Así el alma no se agrietaría con los golpes, duros golpes, del pasado, y en cambio se llenaría a diario, como por primera vez. Y el corazón podría estar siempre dispuesto a dar y recibir lo mejor de sí.
Ojala la vida no recordara el ayer!
Ojala el corazón no tuviera cicatrices... ojala no me sintiera tan triste así... sabiendo que el pasado existe, y nos persigue, y se puede topar con nosotros en cualquier esquina...
Ojala no supiese de memorias, ojala no supiese del ayer.. Ojala el presente fuese lo único existente.
Ojala mi alma... sanara de una vez.